Jamestown es un paraje entre las colinas del norte de Tennessee en el llamado Cinturón Bíblico de Estados Unidos, está a dos horas de cualquier gran ciudad, es apenas un punto en el mapa con solo 1,900 habitantes; tiene un solo bar, pero 230 iglesias.
Algo va mal, entre 2008 y 2012, Jamestown tuvo el “honor” de ser colocado como la sexta localidad más pobre en todo el país; en 2015 la mitad de su población vivía en la pobreza.
Un reportaje de la BBC asegura que solo basta con caminar por sus calles para confirmar las malas condiciones en que están. Los negocios están quebrados y los pocos que funcionan venden artículos como coronas de flores de plástico, productos apilados sin orden, estanterías vacías, carteles que dicen “En venta”.
Aún así, una luz de esperanza llenó las manos de este pueblo, en noviembre cuando Donald Trump se convirtió en el presidente de Estados Unidos, el optimismo reavivó.
"Me complace ver a este nuevo presidente, es un hombre de negocios y yo prefiero mil veces tener a un empresario en el cargo que a un político. Creo en su promesa de generar empleo. Si no, mírame a mí", dice Barta. "Siento que es el momento adecuado para dar el salto. Hay una sensación de cambio, de que podemos salvarnos y revivir." dice en entrevista para la BBC.
Jamestown votó por ese cambio, el 85% de sus electores votaron por Trump, por ello aseguran que son republicanos de sangre pura. Es una ciudad blanca, como les llaman, la América blanca del centro-este del país, pues 96% de ellos son de dicha raza; en sus años mozos fue un centro de clase obrera próspero que se alimentaba de la minería, hasta que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA o TLCAN) fue firmado en 1994 y se convirtió en uno de los grandes males. Sus fábricas se mudaron a México y eso comenzó su destrucción.
Con la llegada de Walmart, los pequeños negocios familiares cerraron y la reconversión de economía nunca ocurrió.
Actualmente el índice de desempleo supera el 6% por arriba de los 4.3 del promedio nacional, pero hay buenas noticias, justo lo que ha causado que los pobladores vean a Trump como su salvador.
En los primeros 100 días, Tennessee se convirtió en el estado LÍDER en nuevas contrataciones en todo el país. No es de extrañar que para este pueblo esto no es sino una confirmación de que la promesa de Trump de generar 25 millones de puestos de trabajo y convertirse en "el mayor generador de empleo que Dios jamás haya creado" marcha viento en popa.
Sin embargo, desde hace unos años, hay un programa de comedores públicos a los que la gente suele ir, pero con rechazo, pues no quieren que se vuelva un hábito, pero no hay trabajo.
El mesías
Cuando Donald Trump ganó las elecciones, el pasado noviembre, en Jamestown no hubo celebraciones en las calles.
"Celebramos, claro, pero más en la casa, no afuera. Aquí la gente no es mucho de eso", dice Nancy Lee-Thompson.
“Lo amo, amo a Donald Trump", dice y sonríe. "Es un salvador de la política. Va a patear al tablero... hace rato que alguien debería haberlo pateado. Él no es parte de esa politiquería de Washington que nos ha tirado abajo." asegura la mujer en la entrevista.
A pesar de que Trump tiene un alto porcentaje de rechazo, eso no existe en Jamestown, donde sus habitantes creen en él, en ese hombre que ha hecho cosas buenas por su pueblo, lo harían todo por él, blancos, luchadores y enamorados del Mesías.
Impagenes e información de BBC