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Jaime Sabines: 10 poemas para los amorosos

Rechazado por el círculo intelectual de México, murió el 19 de marzo de 1999 luego de una larga lucha contra el cáncer…

19/03/2015 |08:00estephanie.gutierrez |

Jaime Sabines nació el 25 de marzo de 1926 en Tuxtla Gutiérrez, en el estado mexicano de Chiapas. Sabines era hijo de un inmigrante libanés que en 1914 se trasladó a México en donde participó en la Revolución.

Fue su padre, Julio Sabines, quien inculcó en el pequeño Jaime el gusto por la literatura, pero en primer lugar el poeta inició sus estudios como médico en la Escuela Nacional de Medicina en 1945, pero ya que este no era su destino, regresó a Chiapas para comenzar su vida como escritor, aunque se turnaba trabajando como vendedor de telas, el que llamaba el oficio más antipoético del planeta.

En 1953 llegó a su vida una mujer que le cambió el mundo, Josefa Rodríguez “Chepita”, con quien tuvo cuatro hijos, Julio, Julieta, Judith y Jazmín y a quien dedicó una de sus obras Los Amorosos, cartas a Chepita.

En 1959, tras conseguir el premio literario que otorgaba su estado natal, Sabines comenzó a dedicarse en forma a la literatura, pero también se inició en un ámbito poco explorado, hasta entonces para un escritor, la política; en 1976 fue elegido diputado federal por Chiapas, cargo que ostentó hasta 1979. Y en 1988 fue electo de nuevo, pero esta vez por un distrito de la capital federal.

En 1950 publicó su primera obra Horal, un volumen de poesías que se distinguió de otros poetas por marcar el estilo de Sabines, un autor sincero, intenso, pero que de cierta forma lograba un equilibrio entre expresionismo y escepticismo, y comenzaba a combinar la magia, que la mayoría de los intelectuales rechazaban hasta el momento.

A Horal le siguieron Recuento de poemas, publicado en 1962 y que reúne sus obras La señal (1951), Adán y Eva (1952), Tarumba (1956), Diario, semanario y poemas en prosa (1961) Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973), en donde el padre del poeta se constituye en protagonista del mundo y de la vida.

Luego llegó Nuevo recuento de poemas (1977) y Poemas sueltos (1983). Todos estos textos, así como una segunda parte de Algo sobre la muerte del mayor Sabines, fueron recogidos en la edición de 1987 de Nuevo recuento.

Su obra fue premiada por el gobierno del Estado de Chiapas (1959), también por el galardón Xavier Villaurrutia, instituido en honor del gran escritor mexicano (1972) y el Elías Sourasky de 1982. En 1983 recibió el Premio Nacional de las Letras.

Sabines fue como pocos, un poeta que surgió de la última generación de escritores mexicanos, uno que no perteneció a ninguna corriente, pero que desatacó por la elegancia de su poesía, pero que hacía al público sentirse en casa con sus letras, lejos de lenguaje complicado y los temas alejados de la realidad que presentaban otros escritores.

Estos son algunos de los fragmentos de su obra que compaginan el amor y el silencio como uno solo, un lenguaje que Sabines conocía muy bien…

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