Durante la Segunda Guerra Mundial, miles de hombres, mujeres y niños tuvieron que abandonar sus hogares y enfrentarse a situaciones inhumanas para poder sobrevivir. En ese panorama violento y desolador, un mexicano arriesgó su vida y la de su familia para salvar a miles de personas: él fue Gilberto Bosques Saldívar.
Este mexicano ejemplar nació el 20 de julio de 1892 en Chiautla de Tapia, en el estado de Puebla. Estudió para profesor y fue diputado en dos ocasiones. En 1939, cuando la República Española cayó y la guerra se cernía sobre el resto de Europa, el presidente Lázaro Cárdenas lo nombró Cónsul General en París.
Su principal labor fue la de proteger a los mexicanos que se encontraban en medio de los regímenes fascista y nazi, aunque la ayuda se extendió a grupos libaneses, franceses, españoles y judíos, a quienes otorgó visas mexicanas para que pudieran cruzar las fronteras trasatlánticas. Cuando los nazis tomaron París, Bosques huyó y estableció un nuevo Consulado en Marsella.
Gilberto Bosques Saldívar. (Foto: Wikimedia Commons)
La mayor proeza del llamado “Schindler mexicano” fue que, junto a otros diplomáticos, alquiló dos castillos en los alrededores de Marsella para alojar a más de 1,300 hombres y mujeres, en su mayoría españoles, para evitar que fueran capturados por los nazis.
En su calidad de diplomático, Gilberto Bosques Saldívar firmó más de 40 mil visas para que personas perseguidas por el fascismo abandonaran Europa y se refugiaran en México.
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Cuando el Gobierno mexicano rompió relaciones con la República de Vichy, el Consulado que dirigía Bosques fue tomado por la Gestapo, la policía secreta alemana, y él y su familia fueron arrestados.
En 1944, Bosques fue liberado y volvió a México, donde lo recibió una multitud de refugiados que estaban vivos gracias a él.
La labor de Bosques Saldívar salvó la vida de cientos de personas. (Foto: Archivo Particular Familia Bosques/Especial El Universal)
El “Schindler mexicano” siguió con su carrera diplomática como embajador de México ante Cuba, Suecia y Portugal. Sin duda, es un personaje que enorgullece a cualquier mexicano. Murió el 4 de julio de 1995, a los 102 años.
Con información de El País y Centro Gilberto Bosques.
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