La Virgen de Guadalupe es una de las figuras religiosas más amadas por los mexicanos, pero esto no impidió que fuera víctima de un atentado.
Ocurrió el 14 de noviembre de 1921, alrededor de las 10:30 de la mañana en la antigua Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México. Al interior del recinto católico se encontraba un grupo de trabajadores que visitaban el ayate de la morenita del Tepeyac, para realizar sus plegarias y orar.
Pero en este grupo había un activista anticlerical que llevaba en las manos un ramo de flores. Caminó hacia la imagen de la Virgen de Guadalupe, las colocó debajo de ella y se alejó rápidamente.
Virgen de Guadalupe. (Foto: Wikimedia Commons)
Inmediatamente después se escuchó un estruendo justo a los pies de la imagen de la Guadalupana. Lo que sucedió, es que entre las flores que colocó aquel sujeto, había escondida una bomba de dinamita. La explosión a los pies de la imagen de la Virgen de Guadalupe causó daños en el mármol, el piso y las paredes, sin embargo, a pesar de los destrozos, la tilma quedó intacta.
Los fieles que se encontraban al interior de la antigua Basílica consideraron que estaban presenciando un auténtico milagro.
La antigua Basílica de Guadalupe. (Foto: El Universal)
Luego de la explosión, comenzó la búsqueda del responsable; los fieles querían lincharlo. Cuando comenzaron las investigaciones, una de las teorías apuntaba a que todo había sido orquestado por el presidente Álvaro Obregón, conocido por su postura radical en contra de la Iglesia Católica, situación que no se comprobó.
De la diosa Tonantzin a la creación de la Virgen de Guadalupe
Pasaban los días y no se daba con el responsable del atentado en contra de la Virgen de Guadalupe. Así que el 17 de noviembre de 1921, la Asociación Católica de la Juventud Mexicana convocó a una marcha para exigir justicia. Cientos de fieles portaban estandartes con imágenes de la morenita del Tepeyac y celebraban con “vivas” a la Virgen que milagrosamente había salido ilesa del ataque.
De acuerdo con El Universal, sí hubo un detenido por este ataque. Fue identificado como Luciano Pérez, pero en el interrogatorio se dijo inocente, pues argumentó que sólo había acudido a escuchar misa como cada semana, así que finalmente fue puesto en libertad por falta de pruebas.
Así informó El Universal sobre el atentado en la Basílica de Guadalupe. (Foto: Archivo El Universal)
Por efecto de la explosión, se cayeron varios candeleros y floreros que enmarcaban el cuadro de la Virgen, además, el crucifijo de bronce que se encontraba frente a ella recibió la mayor parte del impacto. Éste quedó doblado hacia atrás y al parecer evitó que la bomba dañara la imagen. Desde ese día fue nombrado como el “Cristo del atentado”.
Se encuentra exhibido en la antigua Basílica de Guadalupe y es visitado por miles de personas al año.
Este crucifijo recibió el impacto de la bomba. (Foto: Gabriel Sánchez/Cortesía El Universal)
Los milagros más antiguos y famosos de la Virgen de Guadalupe
Pero antes de que sucediera el atentado contra el ayate de Juan Diego en el que quedó impresa la imagen de la Virgen de Guadalupe, ésta ya había sobrevivido a otro accidente.
Sucedió en 1785, cuando un trabajador limpiaba el marco del manto, pero accidentalmente derramó ácido muriático sobre el ayate. A pesar de que este líquido corrosivo cayó sobre gran parte de la imagen, no le pasó nada. Únicamente quedaron unas pequeñas manchas sobre la tilma.
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