A lo largo de la historia se ha hablado de libros malditos, que han llevado a quienes lo leen a muertes extrañas, desapariciones o asesinatos. Uno de ellos es El guardián entre el centeno, obra publicada en 1951 del autor J.D. Salinger.
Tras su lanzamiento el texto causó revuelo entre la sociedad estadounidense porque aborda temas de sexualidad, alcoholismo y prostitución en un menor de edad. Además, su forma narrativa con un oscuro sentido del humor, no era habitual en la época.
Incluso con toda esa polémica, sus ventas se incrementaron y cientos de personas, entre ellos estudiantes, lo leyeron. Con esta popularidad, llegó cierta controversia cuando varios asesinos involucraron al libro en sus crímenes como un detonante o inspiración.
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El guardián entre el centeno sigue la historia de Holden Caulfield, un adolescente que acaba de ser expulsado, otra vez, de su escuela antes de Navidad. Previo a llegar a su casa y contarle lo que sucedió a su estricto padre, decide dar un paseo por Nueva York. Ahí tiene varias experiencias, entre ellas una borrachera y un encuentro con una prostituta.
Holden tiene una actitud rebelde y en ocasiones un poco pesimista ante la vida. Se molesta fácilmente y se siente un poco inadaptado. Dentro del texto, le confiesa a su hermana que lo único que a él le gustaría hacer en la vida es cuidar a un montón de niños que están solos en un campo de centeno. Así cuando ellos estuvieran a punto de caer por el precipicio, él los salvaría y todos le llamarían el guardián entre el centeno.
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Existen tres casos de asesinato relaciones con el libro El guardián entre el centeno.
En 1980, Mark Davis Chapman disparó en contra del exintegrante de The Beatles, John Lennon. Tras acabar con la vida del músico, Chapman se sentó pacíficamente a esperar a la policía mientras leía el libro El guardián entre el centeno.
Sin poner resistencia fue arrestado y cuando los agentes encontraron el texto se dieron cuenta que el asesino escribió dentro: “Esta es mi declaración”. Además, al momento de declarar, Mark aseguró que la mayor parte de su persona era el protagonista de la novela, Holden Caulfield, mientras que el resto le pertenecía al Diablo.
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Un año después de la muerte de Lennon, John Hinckley Jr intentó asesinar con una arma de fuego al expresidente estadounidense Ronald Reagan. La bala entró por la axila y se alojó a pocos centímetros del corazón.
El político sobrevivió al ataque, pero cuando Hinckley fue interrogado confesó que estaba “obsesionado” con El guardián entre el centeno. Tras ese día, siguió repitiendo lo mismo sobre el libro.
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En 1989, Robert John Bardo asesinó a la actriz Rebecca Lucile Schaeffer. La estrella falleció a los 21 años en la puerta de su departamento, después de ser acosada por tres años.
Cuando Robert fue arrestado sostenía la novela de J.D. Salinger entre sus manos. El culpable, quien cumple actualmente condena perpetua, ya había sido internado por problemas emocionales y arrestado por violencia doméstica.
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