Entre la tarde y noche del 2 de octubre de 1968, los disparos anunciaban el fin, el fin de la vida como la conocíamos en México. Nunca antes en nuestro país se había registrado una revolución estudiantil, correr, tropezar con el cuerpo del compañero caído, los hombres con un paño blanco en el puño, el Ejército con su más alto nivel de violencia, nadie sabía qué estaba pasando, solo aquellos que morían a poco en la Plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco.

Como una noche triste, el 2 de octubre jamás se olvida, no en la memoria colectiva, no en los personajes que aquel año dejaron su vida en el antiguo centro de sacrificios prehispánico, que cada cierto tiempo reclama su tributo. 1968, la crónica de una noche aciaga.

Tras meses de confrontación entre los estudiantes de la educación media y superior, en México había un rastro de sangre que se consumó cuando el gobierno no pudo detener las protestas de los estudiantes que buscaban que la policía no los reprimiera.

Ante el fracaso de las negociaciones, la noche del 2 de octubre de 1968, el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz ordenó que los jóvenes que se manifestarían en la Plaza de las Tres Culturas fueran reprimidos.

Estos son los hechos que sucedieron aquella noche, de principio a fin...

Con información de y

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