El 24 de noviembre de 1991, fue un día negro para la música, para la familia, amigos y fanáticos de Freddie Mercury. El vocalista de Queen, poseedor de una voz prodigiosa y que nos regaló composiciones maravillosas, murió de una bronconeumonía, derivada de su condición por el Sida.
Tres días después, los restos de Mercury fueron cremados y se celebró una breve ceremonia en el Cementerio Oeste de Londres. El funeral fue oficiado por dos sacerdotes de la religión parsi, zoroastras. Aunque en un momento se vio a Brian May llevando las cenizas de Mercury, al final fue Mary Austin quien se quedó con ellas.
De acuerdo con la última voluntad del vocalista de Queen, el lugar en el que descansaría por la eternidad, no debía ser revelado. Durante una entrevista en 2013, quien fuera su asistente, Peter Freestone, señaló que “él temía ser desenterrado. Le preocupaba que sus restos fueran robados por algún fan de Queen y simplemente quería descansar en paz”.
Justo fue en ese año cuando las especulaciones comenzaron, pues en los jardines del cementerio Kensal Green, en Londres, donde se realizó el funeral del cantante, apareció una placa de bronce que decía: “A la memoria de Farrokh Bulsara. Para estar siempre cerca de ti, con todo mi amor. M.”.
Todos comenzaron a pensar que ese era el lugar en el que se encontraban las cenizas de Freddie Mercury. De inmediato, miles de fans se daban cita a diario en el lugar, por lo que la placa conmemorativa tuvo que ser retirada para mantenerla a salvo. Aunque hay que decir que, a ciencia cierta, nadie sabe de dónde salió esa placa.
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Durante una entrevista en 1994, Jim Hutton, quien fuera pareja del intérprete de Bohemian Rhapsody, indicó que CREE que las cenizas del cantante están en su residencia de Garden Lodge, la cual fue heredada a Mary Austin. “Se ha vuelto una suerte de acertijo, pero estoy seguro que su lugar de descanso es bajo un árbol de cerezo en el jardín”, indicó. Sin embargo, un año después, el mismo Hutton descartó esa teoría en la biografía Mercury y yo (1995).
Otra teoría decía que sus cenizas estaban en la localidad inglesa de Surrey. Esto, luego de que Gita Choksi, amiga de la infancia de Freddie en la India, visitara ahí la tumba de su padre. Afirma que el cuidador del lugar le dijo que las cenizas del músico estaban ahí, al lado de las de su papá. Pero esta versión se vino abajo cuando Rusi Dalal, miembro de la comunidad zoroastriana en Londres, precisó que las tumbas de apellido Bulsara en dicho cementerio, no tienen ningún parentesco con el vocalista de Queen.
La última hipótesis tiene que ver con el lago Lemán, que se encuentra en Montreux, Suiza. Ahí hay una gran estatua de Freddie Mercury, en una de sus poses clásicas sobre el escenario. Fue en esta ciudad donde se estableció algunos años, por lo que las aguas de este lago son otro de los destinos donde se cree que Mary Austin esparció sus cenizas.
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Pudo ser el sitio elegido, ya que fue aquí donde Freddie encontró la paz tras varios años de fiestas, excesos y escándalos con la prensa. Sin embargo, Rusi Dalal echa abajo esta teoría al señalar que la religión zoroastriana prohíbe contaminar la naturaleza y, por ende, dejar cenizas en el agua.
Ni Mary Austin ni la familia de Freddie Mercury han confirmado o descartado estas teorías, por lo que la última morada de la leyenda de la música es un completo misterio.
Con información de El Mundo y La Tercera
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