Su imagen aparecía en las caricaturas de los diarios de circulación nacional, era un simio con la cara de Díaz Ordaz, el presidente mexicano que, reacio a la crítica, era duro, autoritario, un tirano en potencia para el que la democracia no existía, que acallaba las voces con una simple orden. Dispuesto a matar por conseguir el "bienestar de la República". El estado era Díaz Ordaz.

Gustavo Díaz Ordaz nació el 12 de marzo de 1911 en San Andrés Chalchicomula, Puebla. Estudió leyes en el Colegio del Estado de Puebla y se afilió al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el ala más conservadora.

Díaz Ordaz fue funcionario del Consejo de Conciliación y Arbitraje y presidente del Supremo Tribunal de Justicia, además fue vicerrector de la Universidad de Puebla. Fue diputado federal y senador por su partido, y fue la amistad que desarrolló con Manuel Ávila Camacho la que le introdujo a las grandes ligas. En 1963 fue postulado como candidato a la Presidencia de la República, resultó electo y asumió el cargo el 8 de septiembre de 1964.

El punto clave del sexenio de Díaz Ordaz llegó la noche del 2 de octubre de 1968, unos días antes de las Olimpiadas en México. Ese día, un grupo de policías disfrazados de civiles asesinaron a cientos de estudiantes que se manifestaban en contra de su política autoritaria.

A pesar de que la noticia no fue difundida como tal, años más tarde, la verdad salió a flote. Como era su costumbre, el presidente daba órdenes de reprimir cualquier protesta en contra de su régimen y el 2 de octubre no fue la excepción.

Díaz Ordaz dejó de ser presidente en diciembre de 1970 y murió el 15 de julio 1979.

El gobierno de Díaz Ordaz estuvo permeado de claroscuros, pero estos son algunos de los puntos clave de su gobierno…

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