Lady Di fue como pocos miembros de la realeza, una mujer que sí era querida por sus “súbditos”, que se dejaba fotografiar con niños enfermos de SIDA, que se atrevió a divorciarse del príncipe Carlos de Inglaterra, que a pesar de no poseer sangre azul era el rostro de la casa del Reino Unido. Diana de Gales, una de las pocas mujeres que se casó con el “príncipe azul” y su vida no fue lo rosa que hubiéramos esperado.
Su nombre como plebeya era Diana Frances Spencer, nació el 1 de julio de 1961 en el Reino Unido; cursó estudios en Norfolk y Suiza, luego trabajó unos años en una guardería de Pimlico.
Sin duda, saltó al ojo público en julio de 1981, cuando contrajo matrimonio con el heredero de la casa real, Carlos, en una ceremonia que fue transmitida en directo por la TV. A partir de ese momento se volvió muy famosa ante el público; reporteros y paparazis la acosaban para lograr las fotos de la plebeya que se convirtió en princesa.
Foto: AP Photo
En un matrimonio con un hombre que le llevaba 13 años, el panorama comenzó a volverse negro a los pocos años de casarse y el distanciamiento entre ambos era obvio; él un hombre aburrido y sin aspiraciones que jamás llegaría a ser Rey, y ella una solitaria y perfecta mujer.
Entonces llegaron los niños, Guillermo y Enrique, a quienes Diana trataba de educar con valores familiares, lejos de lo rígido de la Corona Inglesa. Los llevaba al McDonald’s, a parques de diversiones y a albergues para que estuvieran en contacto con la vida de los desfavorecidos.
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En 1992, Diana y Carlos se separaron, pero fue hasta 1996 que se divorciaron. En 1995, Diana dio una entrevista a la BBC en la cual admitió que su esposo le había sido infiel con su amor de juventud, Camila Parker; acusó la dureza de los fotógrafos y paparazis y se declaró bulímica, en la televisión nacional. Además, propuso un nuevo concepto de monarquía.
Diana se había convertido en el ícono de las masas; independiente, atrevida, humanitaria, todos la querían en las portadas de sus revistas, eso fue lo que la llevó a la muerte.
Foto: AP Photo/BBC Panorama
El 31 de agosto de 1997, Diana iba en un auto con el millonario Dodi Al-Fayed transitando por las calles de París, al norte del Río Sena, cuando entraron al Túnel del I´Alma, un grupo de paparazis perseguían a la pareja, querían obtener la primera fotografía de Diana con su nuevo amor. Por tratar de huir, el chofer chocó en el puente lo que causó la muerte de los novios y la del conductor del auto.
Debido al divorcio, Diana no sería sepultada en un funeral de Estado, pero al ver las muestras de cariño del pueblo, la Casa Británica tuvo que acceder a realizar las exequias como a la princesa, que aún era. Westminster se tiñó de negro para presenciar la despedida a la mujer que cambió la perspectiva de la realeza británica.
Este es un repaso por la vida de la princesa de Gales.
Con información de biografiasyvidas.com y vanitatis.elconfidencial.com
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