Charles Manson no mató a nadie, al menos no de manera material, sin embargo, murió cumpliendo una cadena perpetua por ser el autor material de siete asesinatos. Entre las víctimas de La Familia Manson (como llamaba a sus seguidores) se encuentra Sharon Tate, actriz que fue esposa de Roman Polanski.
Pero Charles Manson es un personaje que pasó a la historia no sólo por las muertes a su alrededor, sino por la leyenda que generó, incluso se decía que era seguidor de Satán y que buscaba crear una revolución que acabara con el mundo. Pero ¿cómo es que un hombre así hizo que decenas de personas confiaran en él? ¿Cómo reclutaba Charles Manson a sus seguidores?
Charles Manson. (Foto: AP)
Decenas de expertos han tratado de descifrar el origen de su comportamiento y para ello es necesario hablar sobre su infancia. Charles Manson nació el 12 de noviembre de 1934 en Cincinnati, Estados Unidos, pero desde sus primeros días sufrió la indiferencia de su madre y el abandono de su padre. Kathleen, su madre, lo trajo al mundo a los 16 años de edad y el propio Manson decía que “fue un niño de la calle”.
Charles amaba a su madre, pero ella se olvidaba de él. Kathleen estuvo cinco años en prisión y cuando salió, comenzó una vida nómada al lado de su hijo, hasta que conoció a un hombre que no quería a Charles. La mujer decidió abandonar a su hijo, poniéndolo bajo la tutela de los servicios sociales.
Este momento fue clave en la vida de Charles Manson, pues decía: “lo único que me enseñó mi madre es que todo lo que decía era mentira. Aprendí a no creer en nada ni en nadie”. A partir de entonces comenzó a vivir entre casas de acogida y reformatorios, donde aprendió a luchar por su supervivencia. Fue violado en repetidas ocasiones en los reformatorios que pisó, y toda esta bomba de tiempo que se forjó en su interior lo convirtió en un hombre cruel y sádico.
Luego de los reformatorios, llegó la prisión, de la que entraba y salía de manera recurrente. A los 32 años de edad, había pasado casi la mitad de su vida tras las rejas.
Charles Manson arrestado por su relación con el homicidio de Sharon Tate. (Foto: AP)
En 1967, Charles Manson se encontró con los hippies, un movimiento contracultural a través del cual, los jóvenes buscaban la independencia de la familia y de los cánones establecidos por los adultos, que hablaban del amor libre, de la música y no tenían reparo ante las drogas.
Manson se trasladó al barrio de Haight Ashbury en San Francisco y ahí comenzó a convertirse en un líder social. Era un hombre superficial y manipulador que sabía perfilar a la gente fácilmente. Sabía lo que quería de cada uno. Su mentalidad unida a su don de palabrería, a drogas y sexo, hicieron que Manson se viera rodeado de una legión de seguidores formada en su mayoría por mujeres.
Quizá esta fue su manera de sustituir a la familia real que jamá lo quiso, y aunque su número de seguidores variaba, siempre solían ser alrededor de 30 personas. Todos veían a Charles Manson como un dios todopoderoso que los guiaría por el camino adecuado.
Hay expertos que señalan a Charles Manson era una mezcla entre un camaleón y un perro. Un camaleón porque podía ser lo que las otras personas querían que fuera; podía reflejar sus opiniones como si fuera un espejo y eso hacía que se ganara su confianza. Era una especie de mil caras que se hacía amigo de todos. También era un perro porque se alimentaba del miedo de los demás. Incluso cuando alguno de sus seguidores mostraba miedo, era castigado.
Charles Manson procuraba atraer a chicas de buena familia que se sentían descontentas y oprimidas por la sociedad; aquellas que vieran en él a un revolucionario salvador, pero que en ocasiones actuara como si fuese su padre.
Charles Manson en la sala de juicio; detrás de él aparece su seguidora, Susan Atkins. (Foto:AP)
La mayoría eran mujeres muy jóvenes con baja autoestima, que provenían de familias disfuncionales, con depresión, que buscaban encontrar su lugar en el mundo. Charles Manson les ofrecía eso “una familia” y ellas se sentían aceptadas y respetadas por primera vez en su vida, así que se ponían a las enteras órdenes de Manson.
"La Familia"... Ellos integraban la sanguinaria secta de Charles Manson
Charles se trasladó con La Familia a vivir a lugares apartados, como ranchos o escenarios de cine abandonados. Ahí residían, sin televisión ni radio, comían de la basura que desechaban los supermercados e iban de orgía en orgía, atrayendo a más hombres y mujeres encantados con la vida hippie que llevaban.
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