La vida de Carla Bruni siempre ha estado rodeada de dinero, arte y vacaciones lujosas. Nació el 23 de diciembre de 1967 en Turín, Italia, en el seno de una familia de dinero. Su padre, Alberto Bruni-Tedeschi, fue un exitoso hombre de negocios, pero también con algunas inclinaciones artísticas. Por su parte, su madre, Marisa Borini, era actriz y pianista.
En 1973 su familia se trasladó a Suiza, donde fue ingresada a un internado de élite dónde siempre estuvo ligada a las artes, aunque su futuro estaba en las pasarelas.
Entre 1985 y 1997 logró notoriedad en el mundo del modelaje, y fue contratada por varias de las empresas más importantes del mundo, como: Guess, Givenchy, Christian Dior, Versace e Yves Saint-Laureant.
Larga lista de conquistas
Rápidamente logró amasar una fortuna millonaria, pero su belleza y sus campañas publicitarias no eran lo único que daba de qué hablar. Antes de casarse con el ex mandatario francés, Nicolás Sarkozy, Carla tuvo un universo de “affaires” entre los que destacan reconocidas personalidades.
Mick Jagger fue uno de los que cayó ante los encantos de esta mujer, y de hecho, esta aventura le costó al líder de los Rolling Stones su matrimonio con Jerry Hall. Este amorío le dio aún más fama a Bruni, pero en su historial de conquistas cuenta con varios maduritos de la talla de Donald Trump, Kevin Costner y Eric Clapton.
Para 1996, ante la muerte de su padre, ella recibió una noticia inesperada. Su madre le confesó que en realidad no era hija biológica de Bruni-Tedeschi, sino que había sido el resultado de una relación extramatrimonial mantenida con Maurizio Remmert.
El mundo de la música y el amor de Sarkozy
Cuatro años después, decidió cumplir uno de sus sueños de la infancia y se convirtió en cantante. Lanzó el disco Quelqu’un m’a dit, y aunque todos pensaban que sería un rotundo fracaso, su ingreso al mundo de la moda generó gran sorpresa. Grabó un segundo disco en 2007 y en esas andaba, cuando conoció al flamante presidente electo Nicolás Sarkozy, quien hacía muy poco se había divorciado de su esposa.
Se casaron en febrero de 2008 en el Palacio del Eliseo de París. Carla tiene dos hijos, Aurélien (2001), fruto de su relación con el filósofo Raphael Enthoven, y Guilia (2011), de su matrimonio con Sarkozy.
Ahora que está casada con el ex presidente galo, afirma que su historia de amor es digna de una novela romántica, ya que vivió un flechazo rotundo. Sí, esa mujer que había dicho que “la monogamia era algo que le aburría mortalmente” ahora señala que no soportaría una infidelidad de su marido, según confesó en una entrevista a Vanity Fair.
Pero bien dicen por ahí que “del plato a la boca...”, pues ya estando casada con Sarkozy, Carla habría decidido salir de su aburrimiento con el cantante galo Benjamin Biolay, información que causó revuelo en todos los medios.
Kilos y botox de más
Últimamente, Carla se ha visto con unos kilos de más, de hecho, procura usar ropa holgada para disimular su incremento de peso. El cambio se comenzó a notar desde el nacimiento de su segunda hija.
Algo que tampoco debemos dejar pasar es el gran cambio que ha sufrido su rostro, pues parece que el botox le ha jugado una mala pasada y ha cambiado radicalmente el rostro de aquella modelo que alguna vez fue. Hay quienes dicen que parece una “ardillita”.
Hoy, esta mujer cumple 49 años de edad y en De10.mx te traemos, precisamente, una galería en la que mostramos los cambios que ha sufrido tanto en su rostro, como en su figura. ¡No lo creerás!
Con información de Vanity Fair, 20Minutos.es, ElPeriodico.com y Excite.es