¿Cómo es posible que un cantante popular pise el escenario del Palacio de Bellas Artes? Esa era la gran pregunta que se hacían algunas personas. Para 1990, Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel ya era un ídolo popular que vendía millones de discos, un artista completo que había creado un estilo muy personal y cuyas canciones sonaban por cada rincón de México.
“El Divo de Juárez” era una estrella consolidada, pero en aquel tiempo, su intención de presentarse en el Palacio de Bellas Artes desató una gran polémica. A pesar de las críticas la grabación del concierto se llevó a cabo del 9 al 12 de mayo de 1990 y fue publicado en diciembre de ese mismo año. Aquí en De10.mx te contamos los detalles…
Hace cuatro años (2016) falleció uno de los más grandes artistas mexicanos, quien atravesó por diversas situaciones polémicas a lo largo de su vida, pero hubo un momento que marcó su carrera artística, el primer concierto en Bellas Artes.
Juan Gabriel en Bellas Artes, en 1990. (Foto El Universal)
Hasta ese entonces, este recinto había sido reservado para espectáculos culturales como el teatro, óperas o conciertos sinfónicos; ese escenario parecía cerrado para el espectáculo popular, pero sorpresivamente abrió sus puertas de par en par para Juan Gabriel.
Curiosamente, la idea de cantar allí no se le ocurrió al artista, sino a María Esther del Pozo, asistente de Víctor Sandoval de León, entonces director del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Las gestiones para el concierto generaron críticas y resistencias en los sectores de la alta cultura. El debate subía de tono y los insultos no solo se dirigían hacia el artista, sino también para los funcionarios que habían otorgado los permisos para la realización del evento.
Hubo ataques homófobos contra Juan Gabriel, los cuales no tenían nada que ver con la calidad del artista. Se escribieron algunas cartas de protesta para que el evento se cancelara, pero en ese entonces el director de CONACULTA, Víctor Flores Olea, anunció que las ganancias del evento se destinarían a la Orquesta Sinfónica Nacional y así logró calmar un poco los ánimos.
Las críticas sobre el concierto solo provocaron que creciera la expectativa y que mucha más gente se interesara en acudir haciendo crecer la reventa y que en su desesperación, algunas personas compraran boletos de filas enteras en el recinto, los cuales iba de 70 mil a 300 mil pesos (de aquel entonces). De hecho contó con la asistencia de algunos personajes como el escritor Carlos Monsiváis e incluso el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari.
Las teorías y misterios sobre la muerte de Juan Gabriel
Lo que sucedió en mayo de 1990 quedó grabado en la memoria popular mexicana. Las famosas cortinas de vidrio de la sala principal, decoradas con el paisaje de los volcanes mexicanos revelaron al artista michoacano acompañado de la Sinfónica dirigida por Enrique Patrón de Rueda.
El cantante iba vestido con pantalón y chaqueta negros, pero con adornos de lentejuelas doradas. Según relató Carlos Monsiváis en su crónica para el semanario Proceso, Juan Gabriel presentó sobre el escenario a 24 niños educados en un albergue que él abrió en 1987 en Ciudad Juárez. Los menores cantaron un popurrí de éxitos, entre ellos No tengo dinero y Buenos días, señor sol.
El concierto duró poco menos de tres horas y fue el primer evento videograbado en el Palacio de Bellas Artes. El cantante conquistó al público con lo mejor de su repertorio musical entre los que destacaron Yo no nací para amar y Amor Eterno. Durante el espectáculo hubo varias ovaciones para “El Divo de Juárez” las cuales se prolongaron hasta por 15 minutos.
Pero el espectáculo no se limitó a lo que sucedía en el escenario, pues en el área de butacas todo el auditorio bailó sin complejo alguno. Durante los cuatro días de grabación, 1,396 personas se entregaron al ritmo y temas de Juanga. Muchos políticos disfrutaron del show desde los palcos, pues querían ver y disfrutar al cantante en una época en la que admitir este “gusto culposo” no era bien visto.
De acuerdo con Monsiváis y su crónica, el artista expresó ante su público: “Esta noche estoy feliz y quisiera expresarles mi deseo: que todos los artistas populares tengan la oportunidad de venir aquí porque este lugar se construyó con dinero del pueblo. Y que se dé lugar aquí a los compositores populares porque en su época también Bach, Beethoven y Mozart fueron populares y tuvieron dificultades. No es que compare. Me informan que en la entrada unos cantantes de ópera dicen que este es su lugar y no el mío”.
Cuatro días le bastaron a Juan Gabriel para derribar las divisiones sociales en ese recinto cultural. El artista se presentó en dos ocasiones más en el Palacio de Bellas Artes: en 1997 y 2013; esta última fue para celebrar sus 40 años de carrera.
Juan Gabriel regresó a Bellas Artes en 1997. (Foto: Fototeca El Universal)
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