El 15 de abril de 2019 pasará a la historia como un día oscuro para el arte, la religión y la humanidad. Un incendio devastó gran parte de la catedral de Notre Dame, uno de los símbolos más conocidos de París, que englobaba siglos de tradición. Pero esta no es la primera vez que Notre Dame se encuentra en peligro.
En 1944, Dietrich von Choltitz gobernaba París, impuesto por el régimen de Adolf Hitler. Su tarea no era nada sencilla, ya que tenía que evitar que los Aliados recuperaran la ciudad y además, lidiar con los desplantes del dictador.
Algunos llaman a Dietrich "salvador de París", mientras otros lo tachan de represor. (Foto: Bundesarchiv/Wikicommons)
Hitler se había propuesto como meta apoderarse de París o en su defecto, quemarla hasta sus cenizas. Sus órdenes eran claras: “no debe caer en manos del enemigo, salvo siendo un montón de escombros”.
La relación entre el dictador y la capital parisina era complicada. En 1940, cuando Hitler entró a la ciudad por primera vez, quedó enamorado de su belleza. Visitó los Campos Eliseos, la Madeleine, el Trocadero, la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo y el Monumento al Soldado Desconocido, aunque no entró en Notre Dame.
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“Ha sido el momento más bello de mi vida”, le dijo a su fotógrafo personal. Pero también sabía que nada se pondría en el camino del futuro que soñaba para Alemania. “Berlín deberá superarla en belleza. Cuando hallamos terminado, París quedará en segundo lugar”, declaró.
Adolf Hitler en la terraza del Palacio de Chaillot en junio de 1940. (Foto: Bundesarchiv/Wikicommons)
Para lograr su meta, Adolf Hitler tenía un plan siniestro. Su idea era colocar explosivos en los monumentos principales de la ciudad y detonar si llegaba la hora de rendirse y emprender la retirada. Tanto la Torre Eiffel como la catedral de Notre Dame estaban hasta arriba en la lista de objetivos.
Su plan consistía en hacer que los soldados detonaran primero los puentes sobre el Sena, para cortar el acceso a la ciudad. Después comenzarían la destrucción con los misiles V-2 y el mortero Karl de dos toneladas.
El 24 de agosto del 44, comenzó una pesadilla para Dietrich von Choltitz. Las tropas de la resistencia francesa y soldados españoles habían logrado avanzar hasta los suburbios parisinos, liderados por el general Philippe Leclerc. La mañana del 25 de agosto, Dietrich recibió la llamada que tanto temía.
Así lucía Notre Dame en 1944, luego de la liberación de París. (Foto: AP Photo/U.S. Army Signal Corps)
“¿Arde París?” preguntó el Führer al otro lado de la línea. “No”, contestó Von Choltitz y con esta simple respuesta, salvó siglos de historia que no pudieron ser rescatados de las flamas esta semana.
Mucho se ha especulado sobre los motivos de Von Choltitz para desobedecer la orden directa de Hitler. Algunos señalan que el general descartó la idea de Hitler por considerarlo una atrocidad, otros creen que temía la muerte de sus familiares en el caos del ataque.
¿Así imaginaba Hitler la destrucción de este monumento? Las escenas del incendio impactaron al mundo (Foto: Peter Haas/Milliped/Wikicommons)
Luego de pasar varios años en prisión, tanto en Londres como EEUU, Von Choltitz murió en Alemania en 1966. A pesar de su pasado Nazi, a su funeral acudieron muchos militares franceses y el presidente De Gaulle inclusó tenía la idea de nombrar una calle en su honor, plan que finalmente no se concretó.
También hay quienes creen que Dietrich von Choltitz exageró e inventó toda la conversación con Hitler para caerle en gracia a los franceses luego de ser capturado. Pero como se relata en esta escena de la famosa película Antes del atardecer (2004), a nosotros nos gusta más esta versión, inventada o ¿no?.
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