Para muchos espectadores, el estreno en Netflix de Selena: La Serie, no ha sido lo que esperaban. En esta primera temporada protagonizada por Christian Serratos, se narran los inicios de Selena Quintanilla y sus hermanos en la música, sin embargo hay algunas cosas que han llamado la atención.
Hay quienes señalan que se trata de una historia muy rosa en la que probablemente no se han plasmado las cosas como realmente sucedieron. Uno de los personajes clave es Abraham Quintanilla, el hombre detrás del éxito de la “reina del Tex-Mex”.
En general, se tiene la percepción de que el padre de Selena explotó el talento de sus hijos, y que a través de ellos quería cumplir su propio sueño de meterse de lleno a la música. Tras la muerte de la cantante, se dedicó a preservar (o explotar) el legado de su hija, lo cual le ha dejado jugosas ganancias.
Contrario a lo anterior, en Selena: La Serie, nos muestran a una familia feliz que sacrifica todo por la música, sin el menor problema y sin poner ningún “pero”.
En De10.mx te contamos quién es este personaje, el cual ha llegado a ser comparado con Luisito Rey, padre de otra estrella de la música, Luis Miguel.
Abraham Quintanilla. (Foto: AP Photo/Paul Iverson)
El padre de Selena nació el 20 de febrero de 1939 en Corpus Christi, Texas. Su padres, Abraham González Quintanilla y María Teresa Calderón eran inmigrantes con ascendencia mexicana. Tuvo cinco hermanos y es productor en su propia compañía llamada Q-Studios.
Desde joven Abraham quiso convertirse en cantante profesional, aunque su madre no apoyaba su sueño. Fue a finales de los años 50 que inició su carrera en la música, al ser parte, como tercera voz, en el grupo Los Dinos, el cual estaba integrado por algunos de sus compañeros de la secundaria.
Comenzaron a tocar en eventos escolares, restaurantes y fiestas privadas, pero también lograron grabar algunos discos. A finales de 1974, Abraham dejó la agrupación y ésta se desintegró.
Abraham tenía experiencia en la música, así que tenía la esperanza de convertirse en productor. También adentró a sus hijos en este mundo, pues le enseñó a tocar la guitarra a su hijo A.B. Luego, al darse cuenta del talento vocal de Selena, la convirtió en vocalista de un grupo al que también se uniría su hija Suzette, en la batería.
Se convirtieron en Selena y Los Dinos y Abraham Quintanilla vio en ellos la posibilidad de convertirlos en cantantes y músicos profesionales, así que comenzaron a presentarse en el restaurante de la familia, Papagayos.
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Cuando la agrupación familiar comenzó a tener un creciente éxito, Abraham pedía mayor compromiso a sus hijos con la música, al grado de que Selena dejó de asistir de manera presencial a la secundaria. El autobús para sus giras en Estados Unidos se convirtió en su salón de clases y después de aprobar algunos exámenes, se graduó del bachillerato.
A.B. tampoco se salvó de su padre, pues de acuerdo con Selena: La Serie, era muy presionado por su padre para escribir éxitos musicales.
Selena murió el 31 de marzo de 1995 y unos días después surgió una terrible teoría sobre su fallecimiento, la cual involucraba a su padre. Se decía que Abraham Quintanilla no había permitido que se le hiciera una transfusión de sangre a la cantante porque iba en contra de su religión, por lo cual la artista se habría desangrado.
El propio Abraham negó esta versión, pero fue años más tarde que el fiscal del caso confirmó que se trataba de una mentira, pues Selena había muerto en la ambulancia camino al hospital y en ese periodo se le colocaron seis unidades de sangre.
Selena. (Foto: AP Photo /Morris Goen)
Tras el deceso de la “reina del Tex-Mex”, Abraham Quintanilla intensificó su trabajo como productor musical, además de que se involucró en la producción de la película de su hija, protagonizada por Jennifer López.
Este hombre se dio cuenta del fenómeno póstumo en el que se convirtió su hija y rápidamente puso manos a la obra en materia de marcas y derechos de autor. A finales de 1995 creó la compañía Q-Studios, que es sede del Museo Selena, en el que se encuentra el vestuario y memorabilia de la artista.
Por si fuera poco, Quintanilla hizo que, tan solo dos meses después de la muerte de Selena, su viudo y representante legal, Chris Pérez, firmara un acuerdo en el que se precisa que Abraham es el propietario exclusivo de todos los “bienes de entretenimiento”, incluidos contratos, derechos de autor, derechos de ingreso, derechos de publicidad, derechos de nombre, voz, firma y fotografías, entre otros, a cambio del 25% de las ganancias.
Los Quintanilla no dudan en entablar procesos legales contra quienes se atrevan a usar la voz, imagen, fotografías personales o profesionales, así como la historia de la cantante. Además, cada 16 de abril se celebra el carnaval “La Feria de la Flor” en Texas, en honor a la cantante.
En 2016, se creó, en sociedad con MAC Cosmetics, una edición especial de maquillaje inspirada en la “reina del Tex-Mex”, la cual se agotó en dos horas en Estados Unidos. Al 2019, el manejo del legado de Selena le ha generado a su familia alrededor de 80 millones de dólares, según reporta Esquire.
Actualmente, Abraham Quintanilla tiene 81 años de edad y aunque sigue al frente de la productora Q-Studios, ha delegado responsabilidades a sus hijos: Suzette y A.B. Quintanilla.
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Abraham Quintanilla. (Foto: AP Photo/Paul Iverson)
En el 2018, el padre de la cantante entabló una demanda en contra del viudo de su hija, Chris Pérez, y las copañías Endemol Shine North America y Blue Mariachi.
El padre de la “reina del Tex-Mex” buscaba detener la producción de una serie de televisión basada en el libro escrito por Pérez, Para Selena, con amor, que relata la vida de la cantante, pero desde el punto de vista de su relación.
En la demanda se señalaba que solo los administradores del patrimonio de la cantante (la familia Quintanilla) tienen el derecho exclusivo de su nombre e imagen con el fin de “explotarlos comercialmente”. La familia de Selena ganó la demanda por poseer el contrato a perpetuidad de sus derechos.
Con información de BBC y Esquire.
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