Gustavo Díaz Ordaz es un nombre que todo mexicano conoce. El ex presidente de México fue pieza clave en los hechos que cimbraron a Tlatelolco, y a México, el 2 de octubre de 1968, en pocas palabras, es señalado como el culpable de la represión estudiantil.
Este político mexicano nació el 12 de marzo de 1911 en Ciudad Serdán, Puebla. Estudió la licenciatura en Derecho y después de una larga carrera política se convirtió en el Presidente de México número 54.
Tras los hechos del 2 de octubre, casi un año después, en su Informe de Gobierno de 1969, ante el Congreso de la Unión expresó: “asumo íntegramente la responsabilidad personal, ética, jurídica, política e histórica por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado”. Pero la represión estudiantil acabó por definir toda su gestión.
La vida de Gustavo Díaz Ordaz jamás volvió a ser la misma tras la Presidencia. Desde el primero de diciembre de 1970, cuando entregó el poder a Luis Echeverría, vivió prácticamente en la penumbra.
Luis Echeverría y Gustavo Díaz Ordaz. (Foto: Presidencia)
Sin embargo, aunque trató de alejarse de la vida pública (se decía que su salud estaba deteriorada), fue designado Embajador de México en España durante el gobierno de José López Portillo, una labor que le resultaba fastidiosa, según lo señaló el historiador Enrique Krauze.
En abril de 1977, Ordaz se convirtió en el primer embajador de México en España, al reanudarse las relaciones diplomáticas entre ambos países, tras 40 años de interrupción de las mismas. Sin embargo, duró apenas unos meses en el cargo, ya que renunció por motivos de salud.
A finales de 1978, Gustavo Díaz Ordaz enfermó. En una entrevista, su hijo, Gustavo Díaz Ordaz Borja narró que su padre comenzó a sentir fuertes dolores de estómago, por lo que llamaron a un gastroenterólogo que era amigo de la familia. Lo llevaron al hospital y lo estabilizaron, pero el 25 de diciembre nuevamente tuvo problemas.
Gustavo Díaz Ordaz durante su recorrido por el estadio olímpico de Ciudad Universitaria. (Foto: El Universal)
El ex mandatario fue diagnosticado con cáncer de colon, por lo que fue sometido a una cirugía de emergencia, sin embargo, los médicos detectaron que la enfermedad se había extendido al hígado. El panorama no era alentador, pero sus hijos decidieron no decirle nada a Ordaz.
Cuando el ex presidente mejoró, se fue a Acapulco, pero ahí le comenzaron unas fiebres. Llamó al médico y éste le reveló que tenía cáncer.
El 16 de julio de 1979, en los periódicos de circulación nacional se informó sobre la muerte de Gustavo Díaz Ordaz, que habría ocurrido un día antes, el 15 de julio, a consecuencia de un paro cardíaco. El deceso ocurrió en su casa del Pedregal, en San Ángel, donde era atendido por un grupo de médicos y estaba acompañado por sus hijos: Gustavo, Alfredo y María Guadalupe.
Gustavo Díaz Ordaz murió a los 68 años de edad; recibió un homenaje en la Cámara de Senadores y sus restos fueron sepultados al lado de su esposa, doña Guadalupe Borja, en el panteón Jardín de la Ciudad de México.
Tumba de Gustavo Díaz Ordaz. (Foto: Pinterest)
Con información de El País, Memoria Política de México y El Siglo de Torreón