Justin Fashanu empezó la vida con todo en su contra, al ser huérfano, pobre y de piel negra en una época profundamente racista. Pero fueron sus preferencias sexuales las que acabaron por sepultar su carrera y orillándolo a un triste desenlace. Hoy, sigue siendo recordado como el primer jugador de futbol de alto nivel en declararse .

Las dificultades en la vida del futbolista comenzaron a una temprana edad. Su padre, un estudiante de derecho en Nigeria y su madre, una enfermera de Guayana, decidieron dejar a Justin, de seis años y a su hermano menor, John, en un un orfanato. Por fortuna los hermanos fueron acogidos por una familia inglesa de clase media.

Marcado por su atropellada infancia, Justin creció obsesionado con alcanzar la fama y el éxito. Y estaba consciente de que el deporte sería su salida de la oscuridad. Inicialmente, Fashanu probó suerte con el boxeo y se volvió sorprendentemente bueno al grado de ser dos veces finalista júnior de los pesos pesados a nivel nacional con 14 y 15 años. Pero un reclutador local de un pequeño equipo lo convenció de cambiar los guantes por el balón.

En Inglaterra era la época de Margaret Thatcher y el odio contra los extranjeros era la regla general. Justin comenzó su carrera en las canchas entre insultos racistas y discriminación. Pero el joven demostró un espíritu insaciable de superación e incluso, quienes lo odiaban no podían frenar a aquél genio del deporte.

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Pronto llegaría su gran oportunidad en febrero de 1980, cuando Norwich, el pequeño club del que formaba parte Justin, se enfrentó ante el campeón nacional, el poderoso Liverpool. Pese a la diferencia de fuerzas entre ambos contrincantes, Justin burló a la defensa con un magnífico control del balón y mandó el balón al fondo de la red. Esta anotación fue nombrada por la BBC como “el mejor gol de la temporada” y puso al joven jugador en la mira del club Nottingham Forest, campeón de Europa en dos ocasiones.

Fashanu hizo historia en 1981, al convertirse en el primer jugador negro en ser transferido por la suma de un millón de libras y a la vez, el primero en pisar las filas de un club inglés de primera categoría. Por fin, el chico de pasado tormentoso tenía la oportunidad de brillar en un escenario a su medida, pero el desafío le quedó grande.

Cegado por el éxito. Fashanu comenzó a caer en los excesos, se iba de los lugares sin pagar y usaba costosos zapatos de invierno en pleno verano. Al mismo tiempo, su desempeño en la cancha comenzó a decaer. Inexplicablemente, el goleador prodigio logró sólo seis anotaciones en una temporada con 32 partidos.

Entrevista con Fashanu cuando era jugador del Nottingham Forest

Por si fuera poco, el director del Nottingham Forest, Brian Clough, también tuvo roces con su supuesto jugador estrella, al que confrontó sobre los rumores de sus visitas a bares gay. Justin además había comenzado a acercarse a la religión y en un entrenamiento llevó consigo a un compañero de la iglesia, lo que desató la ira de Clough.

La mala suerte seguiría al jugador cuando en 1983 ,sufrió una lesión en la rodilla que le dio a su club la excusa perfecta para despedirlo. Durante los siguientes seis años, Justin fue pasando entre equipos cada vez más pequeños, mientras los costos médicos, resultado de atender su herida, iban en aumento. Su fama se había evaporado y había nuevos jugadores, incluyendo a su hermano John, que acaparaban el interés de la prensa.

John y su hermano mayor se habían comenzado a distanciar a medida que sus carreras seguían caminos distintos. John incluso había intentado sobornar a su hermano para que no se declarara gay.

Acorralado por los gastos médicos, Justin hizo un pacto con el diablo. En una entrevista con el tabloide The Sun, publicada en 1990, el jugador vendió el secreto de su homosexualidad. La bomba explotó inmediatamente y Fashanu regresó a las portadas, está vez con morbosas y denigrantes historias. Justin sabía que explotar su historia era la única manera de salir del bache económico que atravesaba, y en 1994 intentó vender sin éxito la exclusiva de sus supuestos encuentros sexuales con un político conservador.

Tráiler de la cinta Forbidden Games, la cuál narra la vida del jugador

Su carrera como deportista profesional había terminado, pero Justin no estaba listo para alejarse del deporte que amaba. Se convirtió en entrenador en Estados Unidos a finales de los noventa y tomó las riendas del equipo Maryland Mania. Por fin parecía que en su vida había un respiro de paz, pero el destino le tenía preparado un nuevo giro.

En marzo de 1998, un adolescente de 17 años acusó a Fashanu de abuso sexual. La edad aceptada en Maryland para las relaciones sexuales era 16 años en esa época, pero todo acto homosexual era ilegal, por lo que el entrenador fue acusado. Justin temía que de ser capturado por las autoridades se le sometiera a un juicio injusto, por lo que huyó y tomó una decisión drástica.

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Dos meses después de las acusaciones en su contra, el cuerpo del alguna vez brillante futbolista fue encontrado ahorcado en un garaje en Londres. En la nota de suicidio, el ex jugador insistió en su inocencia y afirmó que la relación con el joven fue consensuada. “Por fin encontraré la paz”, terminaba la última carta de Justin Fashanu.

Fashanu fue el primer jugador de futbol en declararse homosexual, pero no es el único. Aunque los prejuicios contra la diversidad sexual continúan siendo fuertes dentro y fuera de las canchas, actualmente sólo un club profesional inglés cuenta con un jugador abiertamente gay, Liam Davis. Además, el extécnico del Leeds United, David Haigh también es homosexual y ha declarado que conoce al menos 20 futbolistas profesionales que están listos para salir del clóset juntos, lo cual podría ser un gran avance para una mayor aceptación en este deporte.

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