La figura de Adolf Hitler es una de las más polémicas dentro de la historia universal. El líder del Partido Nazi marcó un antes y un después con la estela de muerte y destrucción que dejó durante su liderazgo.
Aunque tenía miles de seguidores, varios más lo odiaban a tal grado, que en más de una ocasión intentaron acabar con la vida del Führer. Expertos afirman que se planearon al menos 42 conspiraciones para acabar con Hitler, sin embargo, todas fallaron.
Uno de los atentados más famosos y cercanos a cumplir con su cometido fue el del 20 de julio de 1944, el cual fue orquestado por el coronel del Estado Mayor, Claus von Stauffenberg. Sí, se trata del llamado Plan Valkiria. (De hecho, Tom Cruiso protagonizó Valkiria, una película sobre este tema, en el 2008).
Y es que gracias a la confianza que el Mando se había ganado a lo largo de los años, pudo colocar una bomba a pocos metros de distancia del dictador, dentro del cuartel general conocido como “la guarida del lobo”. Pero el destino no quiso que Hitler muriera en ese entonces, ya que el artefacto mató a cuatro personas y el Führer solamente salió con heridas superficiales.
(Foto: Wikimedia Commons)
Otro de los intentos de asesinar a Hitler fue el que se perpetró en la cervecería Bürgerbräukeller de Múnich, una de las más grandes de la ciudad y donde se habría fundado el Partido Nazi. En una de sus columnas, cerca de donde Hitler daría un discurso el 8 de noviembre de 1939, el carpintero Georg Elser colocó una bomba lista para estallar a las 21:20 horas.
Pero ese día, el líder nazi adelantó su discurso y salió del lugar 13 minutos antes de que el artefacto hiciera explosión. Hitler se libró de la muerte, al igual que parte de sus acompañantes: Göbbels, Rudolf Hess, Himmler y Heydrich.
Uno de los primeros atentados fue en 1923, cuando Adolf y sus camisas pardas intentaron quedarse con el poder en Alemania; en ese entonces la policía intentó quitarle la vida.
Las incógnitas sobre la cantidad de atentados que se planearon en contra de Adolf Hitler aún siguen vigentes. De hecho, en el 2010, el general Anatoy Kulikov, explicó que el dictador ruso, Josef Stalin, bloqueó dos atentados contra su homólogo alemán durante la Segunda Guerra Mundial, ya que temía que su sucesor firmara alguna alianza con Estados Unidos y Gran Bretaña.
Lo que es cierto, es que si cualquiera de estos complots hubiera cumplido su cometido, la historia hubiera ido muy diferente. Y a pesar de esos 42 ataques sin resultados, el líder nazi terminó suicidándose cuando ya tenía todo perdido.
(Foto:El Universal)
Con información de Muy Historia, ABC, Prensa Libre y Curistoria