¿Te acuerdas de esas preguntas clásicas de escuela? Por ejemplo: ¿Quién inventó el teléfono? Y todos (bueno, algunos) contestaban Alexander Graham Bell. ¿Quién inventó la radio? Guillermo Marconi… Bueno, pues tememos decirles que vivimos engañados.

Estos hombres ilustres no fueron quienes revolucionaron la historia y los que cambiaron nuestras vidas. No. En sus cabezas no nacieron esas geniales ideas ni se gestaron los hallazgos científicos más importantes; sin embargo, sí se enriquecieron gracias a ellas.

Así de cruel es la vida, pues muchas de las patentes más famosas de la historia, en realidad fueron robadas. Sí, como lo leíste, hay científicos egoístas que se convirtieron en verdaderos ladrones y permitieron que los verdaderos genios quedaran en el olvido.

Y es que, cuando surge una idea, casi siempre se le resta importancia a la patente y nunca falta un “abusado” que le realiza una “mejora” a un invento, lo registra y termina llevándose la gloria.

Tal es el caso de Alexander Graham Bell, quien nació un 3 de marzo de 1847, y que, aunque todos crecimos con la idea de que él había inventado el teléfono, en realidad no fue así. Historias como ésta abundan, y en De10.mx te mostramos algunas de las más famosas ¡Checa!

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