Sí, la Edad Media fue una época muy interesante en la historia mundial en la que se registraron hechos clave para la humanidad. Pero no podemos dejar pasar por alto que en esta etapa también pasaban cosas terribles.
Vivir en ese contexto de la historia debió haber sido espeluznante, pues tal parece que perder la vida siendo muy joven era algo muy común. Y es que la mayoría de las veces nosotros esperamos tener una muerte en paz, con un final libre de dolor.
Sin embargo, muchos pasan a otra vida en circunstancias terribles, curiosas o, de plano, increíbles. En De10.mx recopilamos algunas de los fallecimientos más inverosímiles durante la Edad Media ¡Te vas a sorprender!
10 de las muertes más raras y crueles en la Edad Media
1. Enrique II de Champaña y el enano
El líder de la Cruzada se encontraba en el Palacio del Acre, viendo cómo se reunían sus tropas. Se inclinó en los barandales de una ventana y miraba hacia abajo, cuando las estructuras cedieron y él cayó al piso. Su enano cayó también y aterrizó encima de él. Dicen que si no le hubiera caído encima, tan vez Enrique II no hubiera muerto.
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2. Martín y las anguilas risueñas
En 1410, durante una fiesta, Martín, el conde de Barcelona y rey de Aragón, murió en circunstancias poco comunes. Quienes estaban a su lado señalaron que falleció por la peligrosa combinación de una indigestión de días anteriores y una risa histérica, que lo hizo colapsar en la mesa. Hay quien dice que la indigestión fue causada por un plato de anguilas y la risa por un mal chiste de su bufón.
3. Jorge y su último trago
Jorge Plantagenet fue hermano del rey Eduardo IV y el rey Ricardo III. Fue condenado a muerte por traición y complot, pero no murió decapitado como era el destino habitual de los nobles. Él tenía una gran fama de alcohólico, por lo que fue ahogado en una grande tina llena de vino de malvasía, su bebida favorita.
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4. Adriano y la mosca en su vino
Adriano IV reinó en la silla papal durante 5 años, hasta su muerte en 1159. En sus últimos meses de vida sufría de amigdalitis, lo que hacía que se le acumulara pus en la boca y la garganta. Cuando tomó un sorbo de vino comenzó a ahogarse con una mosca que flotaba dentro de su copa, la pus contribuyó a una combinación mortal.
5. Bela I y la muerte sobre su cabeza
Fue rey de Hungría solamente por 3 años, antes de su extraña muerte en 1063. Él estaba cómodamente sentado en su trono, cuando el pabellón que tenía sobre su cabeza se derrumbó sobre él. Las personas cercanas al rey decían que no fue un simple accidente sino un inteligente modo de asesinato, sin embargo, nunca se pudo comprobar nada.
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6. Al-Musta'sim y la alfombra
El califa gobernó Bagdad por 16 años, desde 1242 hasta 1258. Durante la invasión mongola encabezada por Hulagu Kan, fue capturado vivo. Los mongoles temían ejecutarlo mediante la decapitación (método habitual) porque creían que derramar sangre real les traería desgracias. Así que tomaron a Al-Musta'sim y lo enrollaron en una alfombra, luego fue pisoteado por varios caballos hasta que murió.
7. Tomás y su negativa al arresto
Tomás Becket fue elegido arzobispo de Canterbury bajo el reinado de Enrique II de Inglaterra, desde 1162 hasta su muerte, pero en ese tiempo tuvo fuertes desacuerdos con el monarca, por lo que comenzó a temer por su vida. En 1170, cuatro caballeros entraron a la Catedral para ordenarle que se rindiera y arrestarlo, pero como él no cedía, uno de los caballeros lo golpeó con el pomo de su espada en la cabeza, logrando que se arrodillara. Becket comenzó a orar y otro sujeto le dio un golpe en la cabeza con su espada, pero el artefacto se rompió. Otro de los caballeros empujó su espada contra la cabeza de Becket, le sacó el cerebro y lo frotó contra el suelo.
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8. Sigurd y el colmillo “travieso”
Sigurd Eysteinsson “El Poderoso” murió de una manera muy curiosa. En el año 892, se enfrentó en una batalla con su enemigo Máel Brigte “El Colmillo”, en la que Sigurd hizo trampa para poder ganar, ya que llevó al combate más hombres de los permitidos. Sigurd decapitó y ató la cabeza de Brigte a su caballo, pero al cabalgar para alejarse de la batalla, el famoso colmillo de su oponente le rasguñó la pierna, causándole una infección que terminó por quitarle la vida.
9. Eduardo y la ficha de póker
Eduardo II gobernó 20 años como rey de Inglaterra. Después de su abdicación, sus enemigos decidieron que no lo querían vivo. Mientras estaba preso en el castillo de Berkeley, un grupo de asesinos lo forzó a insertar una ficha de póquer de hierro candente en su recto.
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10. Basilio y el ciervo
El emperador bizantino de 75 años de edad, Basilio I, se encontraba de cacería cuando su cinturón se atoró en la cornamenta de un ciervo. El animal lo arrastró a lo largo de 16 millas a través de los bosques. Uno de sus acompañantes logró cortar el cinturón con un cuchillo, pero antes de morir, Basilio mandó ejecutar a dicho hombre.
Con información de Pijamasurf y Los últimos templarios
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