Dicen que los asesinos seriales viven del reconocimiento, se cree que muchos de ellos tienen desórdenes mentales que no les permiten apreciar la realidad tal como es, algunos estudios científicos aseguran que no tienen empatía y que es probable que quieran ser detenidos, pero no todos lo logran.
A través de la historia, en especial de la de Estados Unidos, hay decenas de nombres célebres como Charles Manson, Ted Bundy o Ed Gein, asesinos seriales que perpetuaron su morbosa labor por años y años de matanzas, pero al final fueron atrapados; sin embargo hay quienes cometieron crímenes casi perfectos y nunca han sido capturados, en la mayoría de los casos debido a que no existe la evidencia que los conecte con los asesinatos, como es el caso de los personajes que te presentamos a continuación.
Entre septiembre y noviembre de 1888, una persona asesinó y mutiló a cinco prostitutas en el barrio East End en Londres. Nadie conocía su identidad y la prensa comenzó a convertirlo en leyenda, no era el primer asesino en serie, pero sí el más popular hasta entonces. Su ola de crímenes tenía sorprendida a la ciudad. Una de las situaciones que más llamaba la atención era la forma en que se comunicaba con la policía de Scotland Yard, cartas que firmaba como Jack The Ripper.
Durante más de un siglo la forma en que operaba ha llamado la atención de cientos de personas, se han hecho decenas de perfiles psicológicos, pero nadie sabe a ciencia cierta la identidad del criminal. Se le han atribuido más de 14 muertes, algunas posteriores a 1888, pero Jack tenía preferencia por las prostitutas, asolaba los barrios donde éstas pescaban clientes y él a ellas. Enviaba cartas a la Agencia Central de Noticias de Londres y a la policía para que intentaran atraparlo, pero nadie podía.
Así como se hizo famoso, Jack volvió a la penumbra y a pesar de los avances no se ha podido descifrar quién era en realidad.
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Es el asesino en serie más conocido en Asia, donde se le llama “El hombre de piedra”. Se tienen registrados más de 13 asesinatos en Calcuta los que habría cometido en 1989 , pero en realidad no se sabe mucho de cómo operaba ni de su identidad. Se entrevistaron a cientos de sospechosos, pero ninguno tenía suficiente evidencia como para incriminarlo. De pronto, las muertes pararon, y se cree que uno de los posibles culpables declaró la verdad, y fue encarcelado pero sin ninguna atención mediática, por ello esta teoría no se ha podido comprobar.
Durante 1986 y 1989 una ola de asesinatos plagaron el barrio de Colonial Parkway, Virginia en Estados Unidos. Las víctimas eran por lo general parejas que tuvieron muertes brutales. El responsables nunca fue capturado, pero siempre se creyó que era un policía, pues los elegidos lo dejaban entrar a su casa sin que forzara las cerraduras. En 2011, un oficial retirado que trabajaba para el sheriff del pueblo al momento de las muertes, fue investigado como posible sospechoso de ellas, pero no se pudo hallar evidencia en su contra. Hasta hoy nadie está en la cárcel por los hechos.
A principios de los 70, en la ciudad obrera de Rochester, tres niñas de entre 10 y 11 años fueron estranguladas, los ataques parecían estar relacionados con el alfabeto, pues cada uno de los nombres y apellidos de las infantes comenzaban con la misma letra y sus cuerpos fueron hallados en pueblos cercanos que comenzaban con las mismas letras.
Decenas de sospechosos fueron interrogados, pero ninguna persona fue acusado. En 2011, un hombre llamado José Rochester Naso fue encontrado culpable por un conjunto de asesinatos alfabeto realizados en California en 1970, pero a pesar de los paralelismos la policía nunca logró conectarlo con los homicidios de Rochester.
Entre 1985 y 1990, en el barrio de Frankford en Filadelfia se registraron una serie de asesinatos que no pudieron ser resueltos. Siete mujeres fueron apuñaladas; Christopher Leonard fue capturado como sospechoso y condenado a cadena perpetua por el asesinato de Carol Dowd, la última víctima, pero aun con su arresto se dieron más muertes y los testigos ubicaban a un hombre alto y negro, no a un blanco, como era Leonard, quien sigue en prisión, pero del asesino real nunca se ha tenido la identidad verdadera.
Todas las mujeres asesinadas eran pelirrojas, la primera fue descubierta en el condado de Wetzel en Virginia Occidental en 1983, pero se había registrado una ola de matanzas que desencadenaron investigaciones en 1978. A este asesino del cual tampoco se conoce la identidad se le atribuyen ocho muertes, y se cree que la mayoría eran prostitutas.
En Long Island se registraron una serie de asesinatos, cuatro de las víctimas eran prostitutas, pero a pesar de que las muertes se conocieron entre 2010 y 2011, las mujeres desaparecieron en 1996, y el rastro del asesino se remonta desde la playa de Jones hasta Gilgo Beach, la policía cree que el criminal botó los cuerpos en este lugar, pero los asesinatos se produjeron en otros sitios, lo que hizo imposible descubrir a su perpetrador.
Entre abril de 1971 y septiembre de 1972 fueron encontradas muertas seis niñas afroamericanas de edades entre los 10 y 18 años. La mayoría de las víctimas habían ido a un mandado y nunca regresaron. La prensa rápidamente llamó al asesino “El fantasma de la autopista”. Nadie fue capturado por las muertes, a pesar de que muchos sospechosos fueron interrogados.
A lo largo de uno de los tramos más desolados de la carretera 16 de la Columbia Británica fueron halladas 18 mujeres, el primer asesinato se produjo en 1969, mientras que uno de los más recientes fue en 2006. La mayoría de las víctimas eran miembros de la comunidad de las Primeras Naciones. Se han entrevistado a cientos de sospechosos, pero nunca se ha capturado al responsable, o responsables.
A partir de finales de 1960, un hombre estaba asesinando gente en la Bahía de San Francisco, se tienen confirmadas siete muertes, pero hay más de 20 víctimas probables. En agosto de 1969, el asesino se llamó así mismo Zodiaco, en una carta que envió a varios periódicos, los textos los adjuntaba con pictogramas que la policía no podía resolver. La última letra de la cadena fue enviada en 1974, y a pesar de que la policía tuvo a muchos sospechosos e interrogó a decenas de involucrados jamás se supo quién era el responsable, pues los perfiles genéticos no arrojaron a nadie en concreto.
Con información de Para los Curiosos
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