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10 cartas de amor, política y arte que forman parte de la historia

El Día Mundial del Correo fue declarado por el Congreso de la Unión Postal Universal (UPU) celebrado en Tokio, Japón en 1969...

AFP PHOTO / MENAHEM KAHANA
09/10/2015 |07:00estephanie.gutierrez |

¿Hace cuánto que no haces una carta? Para empezar, una carta como tal, en el papel con tinta y con todo el ritual que implica hacerla. A continuación la mandas por correo y las ideas vuelan hacia donde la dirigiste. Seguro la respuesta es hace mucho tiempo. La tecnología remplazó esa forma de comunicación, pero vaya que hace falta.

El día 9 de octubre, fecha en que fue fundada en el año 1874 la Unión Postal Universal (UPU) la comunidad postal celebra una vez más el Día Mundial del Correo. El Tratado de Berna de 1874 permitió unificar una multitud de servicios y de reglamentos postales dispares, en un territorio postal único, destinado al intercambio recíproco de envíos de correspondencia. Además, el principio de la libertad de tránsito de los envíos de correspondencia en el conjunto del territorio único, fue garantizado por todas las partes.

El Día Mundial del Correo fue declarado por el Congreso de la Unión Postal Universal (UPU) celebrado en Tokio, Japón, en 1969. Desde entonces, los países del mundo participan anualmente en las celebraciones y por ello en nos unimos a los festejos, haciendo un conteo de aquellas misivas que no te imaginabas y querrás leer…

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Desde amor hasta política… 10 cartas históricas

1: Jack el destripador guardó un riñón y se lo dijo a TODO el mundo

La carta de Jack el destripador a George Lusk, presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel, un grupo de ciudadanos que colaboraban buscando al asesino, que cometió varios crímenes en 1988. Nunca se conoció la verdadera identidad del delincuente.

"Desde el infierno

Mr Lusk

Señor

Le envío la mitad del riñón que saqué a una mujer y he conservado para ustedes. La otra pieza la freí y comí con gran deleite.

Quizá le envíe el cuchillo ensangrentado que lo sacó si aguarda un poco más.

Firma

Atrápeme cuando Pueda

Mishter Lusk (sic.)"

2: Sobrino de Hitler quiere ser parte de Los Aliados de Franklin D. Roosevelt

Patrick Hitler quiso alistarse para el Ejército de Estados Unidos luego de huir de Alemania en 1939 por la Guerra Mundial. La solicitud fue negada por su parentesco con el dictador.

“Estimado señor presidente (…) Soy el sobrino y único descendiente del desacreditado canciller y líder de Alemania que tan despóticamente pretende hoy esclavizar a los pueblos libres y cristianos del mundo entero. (…) Pronto todos mis familiares y amigos marcharán en defensa de la libertad y la decencia bajo la bandera de las barras y estrellas. Por este motivo, señor presidente, le presento respetuosamente esta petición para preguntar si me sería permitido sumarme a ellos en su lucha contra la tiranía y la opresión. (…) Cuando escapé del Reich, en 1939, me convertí en súbdito británico. Vine a Estados Unidos con mi madre, irlandesa, principalmente para reunirme aquí con mis familiares (…) Los británicos son isleños y, pese a su amabilidad y buena educación, tengo la impresión, errónea o acertada, de que a la larga no se mostrarían demasiado cordiales o comprensivos con un individuo que llevara mi apellido. (…) En cuanto a mi integridad, señor presidente, solo puedo decir que es una cuestión probada (…) Prófugo de la Gestapo, advertí a Francia a través de la prensa de que Hitler tenía previsto invadirla ese mismo año. De igual modo, puse sobre aviso al pueblo británico por los mismos medios de que la llamada “solución” de Múnich era un mito que traería terribles consecuencias. A mi llegada a Estados Unidos, informé de inmediato a la prensa de que Hitler soltaría su Frankenstein contra la civilización ese año. Aunque nadie prestó la menor atención a lo que decía… (…) Lo que más me gustaría sería participar en combate lo antes posible (…) Lo saluda respetuosamente, Patrick Hitler”

3: DaVinci quiere chamba ¡de militar!

En 1483, mucho antes de que sus obras maestras fueran siquiera parte del panorama, el pintor escribió a Ludovico Sforza, más tarde su mecenas, para solicitarle empleo. En la misiva no le dijo de sus dotes artísticas, le hablo de sus esfuerzos militares.

(Fragmentos): “Mi muy Ilustre Señor: (…) me propongo, sin el ánimo de desacreditar a nadie, dar a Vuestra Excelencia las explicaciones convenientes para que podáis entender el desarrollo de mis secretos y ponerlos, a continuación, a vuestra entera disposición (…) 1. Tengo planos para toda clase de puentes ligeros, fuertes y fáciles de transportar, con los que perseguir al enemigo, o en ocasiones huir de él, robustos e indestructibles tanto por medio del fuego como en la batalla, cómodos y fáciles de colocar, así como de retirar. También dispongo de los medios para quemar y destruir los del enemigo. (…) 4. También tengo un tipo de cañón, muy cómodo y de fácil transporte, con el que lanzar piedras pequeñas, casi como si se tratara de granizo, el humo de ese cañón causa un gran pavor en el enemigo a causa de la confusión y los grandes daños que provoca. (…) 8. Donde el uso de los cañones resulte impracticable, yo armaré catapultas, mangoneles, fundíbulos y otros instrumentos de eficacia asombrosa que no son de uso común (…) Además, puedo hacer esculturas en mármol, bronce y arcilla. También en la pintura soy capaz de hacerlo todo tan bien como cualquier otro artista, sea éste quien fuere. / Por añadidura, podría trabajar en un caballo de bronce para mayor gloria inmortal y honor eterno de la memoria propicia de vuestro padre, Su Señor, y de la ilustre casa de los Sforza. / Y si alguien considerase imposible o impracticable algo de cuanto hasta aquí se ha mencionado, estoy plenamente dispuesto a demostrarlo en vuestro parque o en cualquier lugar que os parezca, Vuestra Excelencia, a quien me encomiendo con toda la humildad posible”.

4: Elvis ¿anda de parranda con la DEA?

Mucho se ha dicho de que Elvis era un “agente encubierto” de la DEA para luchar contra los narcóticos entre los jóvenes (todos sabían) y que fue el gobierno quien “fingió” su muerte. Como sea, en esta misiva el cantante pidió al presidente Nixon ser agente y lo logró. Presley adoraba las insignias policiales y tenía una colección.

(Fragmentos): “Estimado señor presidente: (…) Soy Elvis Presley y le manifiesto mi admiración y el profundo respeto que me merece su cargo. Hace tres semanas hablé con el vicepresidente Agnew en Palm Springs y le transmití mi preocupación por nuestro país. La gente del mundo de las drogas, los hippies, el SDS (Students for Democratic Society), los Panteras Negras, etc, no me consideran su enemigo o, como lo llaman ellos, el establishment. Yo lo llamo América y lo amo. Señor, puedo ayudar a mi país, y para ello haré cuanto esté en mi mano. (…) Puedo hacer más, y lo haré, si actúo como agente federal por mi cuenta, y echaré una mano a mi manera, comunicándome con personas de todas las edades. Antes que nada, soy artista, pero sólo necesito una acreditación como agente federal (…) He estudiado a fondo el consumo de estupefacientes y las técnicas comunistas de lavado de cerebro, me encuentro en medio del meollo y puedo hacer un gran bien y lo haré. (…) Me encantaría que nos viéramos para poderlo saludar, si no está demasiado ocupado. Con mis respetos, Elvis Presley”

5: Cartas de relación

Las Cartas de relación escritas por Hernán Cortés, fueron dirigidas al emperador Carlos V. En estas cartas, Cortés describe su viaje a México, su llegada a Tenochtitlán, capital del imperio azteca, y algunos de los eventos que resultarían en la conquista de México, en ellas hacía gala de lo que tenía el descubrimiento.

6: Dostoyevski tiene miedo

El escritor estaba preso y decidió hacer esta carta para su hermano Mijail, en la cual narraba como estuvo a punto de morir al ser fusilado por pertenecer a un club literario y comentar libros prohibidos por el zar. Cinco años más tarde, en 1854, fue liberado.

(Fragmentos): “¡Hermano, querido amigo! ¡Ya está todo decidido! Me han sentenciado a cuatro años de trabajos forzados en la fortaleza (creo que la de Orenburgo) y después tendré que hacer de solado raso. Hoy, 22 de diiciembre, nos han llevado al campo de tiro de Semionov. Una vez allí nos han leído a todos la sentencia de muerte, nos han dicho que besáramos la Cruz, nos han partido las espadas en la cabeza y nos han permitido lavarnos por última vez (camisas blancas). Luego han atado a un poste a tres de los nuestros para ejecutarlos. Yo era el sexto. Nos iban a llamar de tres en tres, en consecuencia, yo iba en el segundo turno y no me quedaba más que un minuto de vida. Me he acordado de ti, hermano, y de los tuyos: durante el último minuto, en mi mente estabas tú y nadie más que tú y sólo entonces me he percatado de cuánto te quiero, amado hermano mío. (…) Pero al fin han tocado retirada, los que estaban atados han vuelto con nosotros y se nos ha anunciado que su Majestad Imperial nos perdonaba la vida. (…) Tu hermano, Fiódor Dostoievski”.

7: Freud en versión romántica

En cierta ocasión Sigmund Freud le escribió a su novia y futura esposa Martha Bernays una carta de amor que después ha dado la vuelta al mundo al ser considerada una de las confesiones más románticas de la historia. Fue su novia cuatro años antes de casarse y pasó toda la vida a su lado, tuvieron seis hijos.

“Allí había yo sido muy tímido y, por tanto, había besado a mi Marty pocas veces, pues no comprendía aún del todo lo que se ha convertido ahora en la primera y más natural condición de mi vida: que he ganado para mi, de pronto, a una muchacha única e incomparable.

Por mucho que te quieran, no renunciaré a ti por nadie, ni nadie te merece. No hay amor hacia ti que pueda compararse con el mío.

…estamos tan íntimamente unidos, me siento tan inefablemente feliz por el hecho de tenerte, y estoy tan seguro de tu interés hacia todo lo mío, que las cosas sólo son importantes para mi cuando tú las compartes.

Perdóname, amor mío, si a menudo no te escribo en el tono y con las palabras que tú te mereces, especialmente en respuesta a tus cariñosas cartas; pero pienso en ti con tan sosegada felicidad, que me es más fácil hablarte de cosas ajenas a nosotros que respecto a nosotros mismos. (…) Estoy dispuesto a dejarme dominar completamente por mi princesa. Uno deja siempre con gusto que le subyugue la persona que ama; si hubiéramos llegado a eso, Marty…

Cuando recibo carta tuya, todo el ensueño se disipa y la vida real se introduce en mis células. Los problemas extraños quedan borrados en mi cerebro; se desvanecen las misteriosas concreciones pictóricas de las diversas enfermedades y desaparecen las teorías vacías. Hasta ahora habías compartido mi tristeza. Comparte hoy conmigo mi alegría, amada mía, y no creas que existe otra cosa sino tú en la médula de mis pensamientos.

Siempre tuyo

Sigmund Freud."

8: Charlotte Brontë no quiere las migajas de un amor

La escritora de la famosa novela Jane Eyre, escribió una sentida carta para su maestro, Constantin Heger, un hombre casado del que se enamoró cuando estudiaba y debido a quien escribió su primera obra “El profesor”

“Monsieur, los pobres no necesitan mucho para sostenerse. Piden solamente las migas que caen de la mesa de los ricos. Pero si se les niegan, mueren de hambre. Nadie, ni yo, necesita mucho afecto de aquellos a quienes ama. No sabría qué hacer con una amistad completa, no estoy acostumbrada a ella. Pero usted me demostró interés cuando era su alumna en Bruselas, y me mantengo aferrada a esa atención como lo haría a la misma vida.”

9: Anaïs Nin y el sexo

En los años 40, Anaïs Nin y Henry Miller ganaban un dólar por página escribiendo ficción erótica para un cliente anónimo al que llamaban El Coleccionista. Nin le escribió un día esta carta tras los requerimientos que éste les hacía para que “se dejaran de poesía” y “se centraran en el sexo”.

(Fragmentos): “Apreciado Coleccionista (…) Le odiamos. El sexo pierde todo su poder y su magia cuando se vuelve explícito, mecánico, exagerado, cuando se convierte en una obsesión mecanicista. Se vuelve aburrido. Nadie ha contribuido tanto como usted a que aprendiéramos que es un error no mezclarlo con emoción, hambre, deseo, lujuria, capricho, lazos personales, relaciones más profundas que cambian de color, de sabor, de ritmo, de intensidad. (…) Si nutriera su vida sexual con todos los alicientes y las aventuras que el amor inyecta a la sensualidad, sería el hombre más potente del mundo. La fuente de la potencia sexual es la curiosidad, la pasión. Usted ve apagarse la llamita por pura asfixia. El sexo no prospera con la monotonía. Sin sentimientos, invención, ánimo, no hay sorpresas en la cama. El sexo ha de mezclarse con lágrimas, risas, palabras, promesas, escenas, celos, envidia, todas las especias del miedo, el viaje al extranjero, las caras nuevas, novelas, cuentos, sueños, fantasías, música, baile, opio, vino. / (…) No hay dos pelos iguales, pero usted no nos permite malgastar palabras en la descripción de un pelo, tampoco dos olores, pero si abundamos en eso, nos grita que “nos dejemos de poesía”. (…) Hemos pasado horas sentados, preguntándonos qué aspecto tendrá. Si ha negado a sus sentidos la seda, la luz, el color, el olor, la personalidad, el temperamento, a estas alturas estará marchito por completo. Hay muchas sensaciones menores que discurren como afluentes hacia el torrente del sexo y lo alimentan. Sólo al latir al unísono pueden el sexo y el corazón crear el éxtasis. / Anaïs Nin”.

10: ¿Los científicos rezan? Einstein a Phyllis

Estimada Phyllis: (…) Los científicos creen que todo cuanto sucede, incluidos los asuntos de los seres humanos, se debe a las leyes de la naturaleza. Por consiguiente, un científico no tenderá a creer que el curso de los acontecimientos pueda verse influido por la oración, es decir, por la manifestación sobrenatural de un deseo. / No obstante, hemos de admitir que nuestro conocimiento real de esas fuerzas es imperfecto, de manera que, al final, creer en la existencia de un espíritu último y definitivo depende de una especie de fe. Es todavía una creencia generalizada incluso ante los logros actuales de la ciencia. / Al mismo tiempo, todo aquel que se dedica seriamente a la ciencia termina convencido de que algún espíritu se manifiesta en las leyes del universo, un espíritu muy superior al del hombre. Así, la dedicación a la ciencia conduce a un sentimiento religioso un tanto especial, sin duda muy diferente de la religiosidad de alguien más cándido. / Saludos cordiales, A.Einstein”

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