ha sido parte fundamental de la historia del futbol mexicano, no solo por sus logros deportivos sino también por su influencia en la afición y su legado en el club América; sin embargo, por extraño que parezca, de pequeño su sueño no era convertirse el futbolista, sino ser piloto de la Fórmula 1.

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El exdelantero mexicano de ascendencia brasileña se destacó como delantero y es reconocido por ser el máximo goleador en la historia del equipo americanista con 188 goles; no obstante, en su niñez nunca se imaginó que sería un referente del equipo azulcrema y del balompié nacional, pues durante una charla en el podcast de Yosgart Gutiérrez, 'El RePortero', confesó que su mente en ese momento estaba en el deporte motor.

Zague jugó en varios equipos en México, incluyendo al ya mencionado América, Atlante y Necaxa. Además, en su juventud estuvo en las categorías menores del Corinthians en Brasil, siendo conocido por su habilidad para marcar goles, su velocidad y potencia con la pierna zurda.

Además de que el inicio de trayectoria sus pasos estuvieron marcados por el legado que dejó su padre, José Alves, también fue un destacado futbolista que jugó para las Águilas y conocido como "El Lobo Solitario".

¿Qué fue lo que comentó Zague acerca de su pasión por el automovilismo?

"No me gustaba el futbol, el que pintaba para seguir los pasos de mi padre, y es un jugadorazo hasta el día de hoy, era mi carnal, nada más que le gustaba la fiesta el desmadre, el carnaval, la caipiriña, las 'amiguinhas'", recordó de inició Zague a Yosgart Gutiérrez.

"A mi me gustaba la Fórmula 1, imagínate wey (risas), yo queriéndome trasladar a un coche de Fórmula 1. (...) Yo creo que vivía en las drogas, porque, te imaginas, a semejante 'jirafa' manejando un coche de Fórmula 1, no hay forma con este tamaño; pero a mi padre le gustaba mucho y en Brasil la historia ha marcado a grandes pilotos, empezando por Emerson Fittipaldi, Nelson Piquet, Ayrton Senna, entonces en Brasil era un tema bastante pasional", mencionó.

"Los domingos veíamos las carreras con mi papá, mi hermano se iba a jugar con sus cuates, mi hermana en otro rollo, entonces yo era muy cercano a mi padre y veíamos las carreras", rememoró el exatacante, quien hasta que comenzó a acompañar a su progenitor al club Corinthians y a ver más de cerca al futbol, fue entonces que "cambió el chip" e inició su camino en las canchas.

"Yo veía a grandes figuras del futbol brasileño que se acercaban a saludar a mi padre con mucho cariño, respeto y admiración, y a partir de ahí comienzo a cambiar el 'chip' y empecé a querer seguir la carrera de mi papá", dijo.

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