Por: Psic. Alejandro Silva
Las vacaciones de verano se aproximan y, aunque no todos tenemos la oportunidad de descansar de nuestras actividades durante este periodo, hay un grupo muy particular de personas que sí lo hace. ¡Por supuesto que nos referimos a los niños! Y, en consecuencia, surge la pregunta entre los adultos encargados del cuidado de ellos… ¿cómo aprovechar este tiempo con calidad?
Hay algunos puntos básicos que tenemos que considerar forzosamente en cada caso. Por ejemplo, la edad de los niños, la disponibilidad de tiempo que nosotros como adultos tenemos, el presupuesto con el que contamos para ese periodo y muchas cuestiones prácticas más que debemos considerar. Sin embargo, lo más importante y alrededor de lo cual debemos decidir está ligado a lo que significa para nosotros y para nuestros hijos el tiempo de calidad.
La definición de tiempo de calidad durante las vacaciones de verano que los adultos generalmente tenemos, depende de dos cosas. La primera son los recuerdos agradables que nosotros mismos tenemos de nuestras propias vacaciones, y la segunda consiste en los deseos que tenemos sobre lo que nos gustaría que nuestros hijos hicieran para aprovechar ese tiempo. Sin embargo, para nuestros hijos, la definición de tiempo de calidad durante el verano puede ser completamente distinta a la nuestra.
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Es importante que también escuchemos los deseos de nuestros hijos acerca de lo que quieren hacer en el verano, o en caso en que tengamos que decidir por ellos, ya sea porque son aún muy pequeños o por cualquier otro motivo, es importante que consideremos su personalidad y sus gustos, para hacer un plan que también sea de su agrado.
Por ejemplo, en la época en que vivimos es muy común que tanto papás como mamás trabajen para mantener el hogar, y en muchas ocasiones no podemos desatender nuestros trabajos por periodos tan prolongados como las vacaciones de verano de nuestros hijos. En estos casos debemos pensar en alternativas para atender a nuestros hijos, pues incluso los niños más “adictos” a la televisión y a los videojuegos se hallarán hartos y aburridos tras dos semanas de quedarse en casa.
Una alternativa pueden ser los “cursos de verano” que se ofrecen en muy diversos lugares. Hay opciones para todos los gustos y presupuestos, pues muchas instituciones públicas ofrecen estos servicios y sólo hace falta investigar un poco, para encontrar alguno que se apegue a nuestros intereses y al de nuestros hijos. Hay alternativas deportivas, artísticas, recreativas o viajes en campamentos.
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Otra posibilidad puede ser enviar a nuestros hijos por unos días con algún familiar como primos o abuelos, donde además de tener la oportunidad de fortalecer los lazos con ellos, puedan ser atendidos y se puedan divertir con el cambio de ambiente. También podemos variar un poco su rutina y la nuestra al invitarlos (siempre que sea posible y seguro) a que asistan a nuestro lugar de trabajo y vean dónde laboramos y a qué nos dedicamos. Una o dos visitas durante el verano no suelen ser pesadas ni para nosotros ni para ellos; al contrario, promueven una relación más divertida y comprensiva con nuestros hijos.
Finalmente, es importante recordar que el verano es un periodo vacacional para nuestros hijos, y que durante una etapa de su vida podrán disfrutar de ello. En la medida en que podamos mantener a nuestros hijos en ambientes cuidados y seguros, proporcionándoles experiencias enriquecedoras, el verano estará lleno de buenos momentos que trascenderán a buenos recuerdos, cuando lleguen a la edad adulta.
El verano es una excelente oportunidad para crear memorias bonitas de la infancia y, como padres, podemos formar parte de ellas, aunque no estamos todo el día con nuestros hijos; basta con interesarnos en ellos, proporcionarles durante el verano la posibilidad de que se diviertan y se desarrollen en otras áreas de sus vidas, y que, al llegar el momento de estar juntos, les preguntemos por sus actividades, por sus aprendizajes, por sus problemas y por sus intereses. El tiempo de calidad en familia, estando todos juntos y reunidos, se va a dar con mucha más facilidad si cada uno de los miembros tiene actividades e intereses propios, que después pueda compartir.
Recomendaciones:
Películas: "Juego de Gemelas" de Disney, y “Campamento Perdido” del director Johnatan Prince (1994).
Libro: "Oliver Twist" de Charles Dickens
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Por: Psic. Alejandro Silva
Clínica de Asistencia a Pacientes de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM)