¿A poco no te ha pasado? Si eres amable, piensan que ya quieres todo con ellos, pero si cortas la conversación, dicen que eres “grosera y amargada”. Así es esto, son los problemas a los que nos enfrentamos día a día cuando estamos en el proceso de conocer a alguien.
Aunque no todos piensen así, es de las situaciones más recurrentes. El problema aquí es que tanto hombres como mujeres, confundimos las señales que recibimos (o percibimos) del sexo opuesto. Sí, los gestos, poses y actitudes, todo el lenguaje corporal es sumamente revelador, pero a veces vemos “signos” de cortejo o coqueteo donde no los hay, o por el contrario, hay personas tan despistadas que no se dan cuenta cuando alguien le está “echando los perros”.
Uno de los temas en los que los psicólogos evolucionistas se interesan mucho, es precisamente en la psicología sexual de género, entre las culturas y los grupos sociales. De acuerdo con un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, que recoge la revista Evolutionary Psychology, "la aptitud reproductiva de un hombre, es decir, la cantidad de descendencia que produzca, depende de la cantidad de mujeres a las que él es capaz de dejar embarazadas. Pero esa actitud no funciona para las mujeres".
Mons Bendixen, coautor del estudio, señala que el riesgo de un embarazo con todo lo que conlleva (parto, lactancia y crianza), ha hecho que la psicología de la mujer evolucione, por lo que ellas necesitan señales mucho más claras que los hombres, antes de considerar mantener relaciones sexuales.
De acuerdo con Muy Interesante, en el estudio participaron 308 personas heterosexuales (59% mujeres) entre los 18 y los 30 años de edad. En el momento de la investigación, la mitad de las mujeres y el 40% de los hombres mantenían una relación sentimental.
A todos se les aplicó un cuestionario y los resultados indicaron que tanto hombres como mujeres explicaban que sus señales sociales eran malinterpretadas por el otro, pero en el caso de los hombres, eran ellos los que se equivocaban frecuentemente sobre las “pistas” del sexo opuesto.
Tú, ¿eres de los que confunden las señales de ligue del otro?