A todos nos ha pasado, es una de las reacciones más normales en nuestro cuerpo, lo malo (y vergonzoso) es cuando nos sucede en un momento inadecuado y no podemos controlarlo.
Se produce básicamente por tres razones: la excitación sexual, el frío y la lactancia materna. Los pezones no necesariamente tienen que ser estimulados para que se endurezcan, ya que esto también puede ocurrir de manera involuntaria, y evidentemente hay una explicación científica para esto.
De acuerdo con un estudio realizado por expertos del Instituto Karolinska, en Suecia, en nuestro cuerpo existe una célula nerviosa que está encargada únicamente de generar la erección del pezón.
Alessando Furlan, co-autor del estudio publicado en la revista Nature Neuroscience, señala que este endurecimiento es de lo más normal y que es controlado por el sistema nervioso simpático, que se encarga de coordinar y asegurar todas las funciones corporales inconscientes.
Anteriormente se pensaba que este sistema actuaba de la misma forma, sea cual fuere el detonante físico o emocional que lo activara. Sin embargo, esta nueva investigación revela que nuestro sistema posee diferentes tipos de neuronas que regulan distintas funciones fisiológicas de nuestro cuerpo como el control muscular eréctil.
A manera de ejemplo, el investigador señaló que encontraron que la llamada piel de gallina (piloerección) y la erección del pezón “son causados por las neuronas especializadas en regular estas funciones mediante el control de los músculos de erección en estos tejidos”.
Con información de Cosmopolitan y Agencia Sinc
