Los seres humanos somos los mamíferos que se basan más en el sentido de la vista a la hora de elegir pareja, eso es una realidad. Incluso, hay quienes elaboran una especie de mapa o llegan a visualizar lo que buscan en esa persona con la que planean tener un contacto sexual.
Sí, basándonos en esto, esa frase de que “el amor entra por los ojos” no parece estar tan equivocada. Pero no podemos olvidarnos del olfato. Este sentido juega un papel importantísimo en estos encuentros.
Seguro te ha sucedido que reconoces o recuerdas a “cierta” persona en el momento en que percibes un olor o una fragancia en específico. Y esto tiene una explicación…
Jim Pfaus, profesor de Psicología de la Universidad Concordia de Montreal, en Canadá, llevó a cabo una investigación con expertos de la Universidad de Syracuse y de la Universidad de Virginia Occidental, en Estados Unidos, la cual señala que el amor afecta varias áreas cerebrales y produce descargas neuronales que intervienen en nuestros sentidos, entre ellos, el olfato.
Pfaus precisa que “escogemos a aquellas personas que tienen un olor muy distinto al nuestro. Se trata de una cuestión evolutiva, para evitar emparejarnos entre familiares”. Basados en este criterio, la pareja elegida nos brindará seguridad y mejorará la especie, pero tenemos que decirlo, ésto no quiere decir que nuestra química se encamine a la monogamia, según cita Sexlecciones.
Lo que hay que aclarar aquí, es que nuestro cerebro hace una diferencia clave: el deseo se activa como un estado de ánimo ante algo específico (una persona, un objeto o situación); con el amor es algo más complejo, pues está estrechamente relacionado con la motivación, las expectativas y la tendencia de formar hábitos.
Así que si te sientes atraído por un olor particular, ya sabes la razón...