Por: Valeria Schapira - Experta en relaciones para Match.com

Muchas parejas, sobre todo aquellas que llevan un tiempo prolongado de relación, pueden caer en la monotonía erótica. No conseguir reinventar el vínculo en la intimidad puede llevarlas a un desencuentro aún más profundo.

Hay hombres y mujeres que tienen prejuicios en utilizar juguetes u otro tipo de estímulos a la hora del encuentro sexual. Apelar a ellos no es obligatorio en ninguna relación, claro, y lo que jamás deberíamos hacer es tratar de imponer nada a nuestro compañero.

Pueden existir muchas razones por las que tu pareja no desea usar juguetes en la cama:

1. Dice que no sin fundamentar el porqué:

Es importante buscar un tiempo de diálogo para que cada uno exprese lo que le está pasando a nivel sexual. La mayoría de la gente evita el tema cuando el deseo decae porque suele tomar el desinterés del otro a nivel personal o simplemente no desea herir a la persona amada en un tema tan sensible. Los juguetes no son importantes en sí mismos pero pueden ser disparadores de una conversación pendiente de larga data: ¿están conformes con el encuentro íntimo?; ¿qué hay de la fantasía en la pareja? Encontrar un espacio para la charla amorosa sobre lo que ocurre entre los dos es, definitivamente, un plus.

¿Monotonía erótica? Mi pareja no quiere usar juguetes sexuales
¿Monotonía erótica? Mi pareja no quiere usar juguetes sexuales

2. Se siente desplazado/a o en inferioridad de condiciones:

Ningún hombre ni ninguna mujer pueden reemplazar lo que sienten o lo que una persona les provoca por lo que puede hacer un artefacto. Sin embargo, muchos manifiestan sentir aversión por vibradores, consoladores, etc. por ese tema. Una manera de quitarse los demonios es visitar un sex shop en pareja o mirar los catálogos en línea a ver si encuentran algo que sea del gusto de ambos. Existen productos más “hard” y muchos otros de diseño, con una estética que permite hasta llevarlos en la cartera o el equipaje. Explorar nuevos caminos estimula la imaginación y eso de por sí alimenta el deseo. Lo importante es que cualquier práctica sexual sea consensuada para que ninguno se sienta violentado por la imposición de algo que no desea hacer.

3. Cree que no tienen utilidad alguna:

Más allá de ser una herramienta para estimular las zonas erógenas y activar el deseo, está comprobado que ciertos juguetes pueden ayudar en disfunciones como el vaginismo, la anorgasmia y la disfunción eréctil. Cada vez más profesionales de la salud los recomiendan, sea para autoconocimiento corporal como para uso terapéutico: pueden mejoran la calidad de los orgasmos, ayudar a ejercitar el clítoris y convertirse en aliados en tratamientos varios. La consulta a un sexólogo puede ser muy iluminadora y enriquecedora para la vida de relación.

4. Dice que sus fantasías ya están realizadas:

En el sexo proyectamos mucho de nuestros temores e historia personal. Seguramente tú y tu pareja tengan infinidad de alternativas para explorar en conjunto. Los juguetes sexuales pueden hacernos conocer nuevas sensaciones y aportar nuevas experiencias a la vida de dos. Su uso y experimentación también puede resultar muy divertido.

¿Monotonía erótica? Mi pareja no quiere usar juguetes sexuales
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