El día de ayer, domingo 27 de septiembre, María Ramos logró conquistar otra de sus metas personales, concluir con éxito la Maratón de Berlín. Meses de entrenamiento, inversión económica, desmañanadas y mucha ilusión la llevaron a correr 42 kilómetros 195 metros en 4 horas con 4 minutos, mejorando así su marca personal, pues el año pasado, María concluyó la Maratón de Chicago en 4 horas con 36 minutos.

“Sigo insistiendo es una Locura!!!”, así lo publica en redes sociales la propia María.

Este triunfo a sido el detonante para que María decida correr los demás World Marathon Majors (Grandes del Maratón Mundial): Nueva York, Boston, Londres y Tokio serán el objetivo de esta joven que no es una corredora profesional pero que ha encontrado en este deporte una mejor forma de vivir.

María no es la única mexicana que tiene una historia que contar en Berlín, pues a este Maratón asistieron una gran cantidad de connacionales, los cuales se dieron cita primero en la el viernes 25 de septiembre, donde la embajadora Patricia Espinosa Cantellano los recibió como en casa, deseándoles a cada uno mucha suerte en su competencia.

La fiesta mexicana continuó al día siguiente, ya que el sábado 26 de septiembre se organizó una carrera de 6 kilómetros, donde la Embajada de México también citó a los corredores a tomarse “la foto oficial” de los maratonistas mexicanos; a las 7:30 am todos llegaron más que listos para a la Puerta de Brandemburgo para sonreír así…

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Cabe destacar que los deportistas iniciaron la celebración, como buenos mexicanos, desde el metro de la ciudad, donde muchos de ellos se encontraron para llegar a la competición, la cual concluyó en el mítico Estadio Olímpico de Berlín donde se llevaron a cabo los Juegos Olímpicos de 1936, cuando Adolf Hitler era Canciller de Alemania.

El costo de ser un corredor amateur

Para muchos de estos deportistas que no son profesionales, como es el caso de María Ramos, el hecho de correr un maratón en su país o en otra nación representa no sólo un esfuerzo físico y mental, sino también un esfuerzo económico muy fuerte, pues una competición como la de Berlín tiene que ser un proyecto planeado con un año de anticipación, en el que se contemple el costo del viaje con hospedaje, vuelo, comidas, accesorios y hasta imprevistos; pues ellos no compiten por dinero sino por placer.

No estamos hablando de personas ricas, sino de aquellas que han encontrado en este deporte el pretexto perfecto para viajar, y al mismo tiempo que corren se dan la oportunidad de conocer nuevos lugares, muchas veces acompañados de familiares y amigos, como es el caso de María, quien en esta ocasión viajó con su mamá y herma a Berlín para compartir un logro más y para pasar tiempo de calidad con su familiares, otro valor humano que el deporte le ha permitido desarrollar.

Te dejamos la siguiente fotogalería:

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