Desde su lanzamiento, 50 sombras de Grey puso a miles de mujeres (y hombres) a leer y fantasear con la historia de Anastacia Steele y Christian Grey.
La primera cinta, que fue catalogada como una de las peores de la industria, para muchos no resultó lo que esperaban, y ahora que ya se estrenó la segunda entrega 50 sombras más oscuras, sabemos que es más fuerte e intensa que la anterior.
Más allá de la pareja principal, los verdaderos protagonistas son los juegos sexuales en los que se involucran, y que a final de cuentas, son los que le ponen sabor a la historia.
Es por eso que gracias a El País, en De10.mx te traemos algunas prácticas sexuales que aparecen en esta segunda entrega de la historia, para que te animes a imitar a Ana y Christian. Igual y en una de esas, los superas… ¡Toma nota!
1. Disfrázate y seduce a tu pareja
La posibilidad de ser “otro”, aunque sea por unos momentos, resulta sumamente excitante. La función del disfraz es dejar de ser tú e interpretar a alguien más, haciéndonos sentir que lo que pase en ese encuentro sexual, se olvidará rápido, sin dejar huella, porque realmente no éramos nosotros los que actuábamos, sino nuestro alter-ego o personalidades dormidas, a las que en muy pocas ocasiones se les permite salir.
Pero el disfraz también te permite revivir algunos momentos, como la vez en la que conociste a tu pareja. Si quieres hacerlo, sólo necesitas la complicidad de tus amigos para armar todo. Consigue que tu pareja acepte ir a una fiesta de disfraces a la que tú no vas a ir (búscate una excusa creíble). Ya en la fiesta, trata de seducir a tu pareja, pero sin que se dé cuenta que eres tú. Así podrás descubrir el nivel de atracción que aún hay entre ustedes.
2. “Tú tienes el mando”
El orgasmo es como una rendición, un momento en el que se pierde el rumbo y aquí lanzamos esta pregunta… en el sexo ¿es más excitante tener el control o cederlo? Lo ideal es una mezcla de ambas, pero…
Para esos momentos en que preferimos que alguien conduzca la situación y que nos tome a su merced, los juguetes eróticos pueden ser de gran ayuda. Es super necesario un vibrador o un masajeador que funcione a distancia, sí, a control remoto. Ya que lo tengas, podrías ir con tu pareja a probarlo a algún sitio público, jugar y explorar tus límites.
3. Atar o ser atado
Independientemente de nuestros gustos, uno debería probar este juego, al menos una vez en la vida. Sólo necesitas unos cordones o esposas, pero si quieres ir un poquito más allá, puedes colocarle una venda en los ojos al sumiso (a) para dejarlo vulnerable e indefenso, a la expectativa de lo que va a ocurrir. Esto hará que suba la adrenalina y la excitación.
Para el que ata, el placer reside en tener el poder y la posibilidad de dejar libre su creatividad. Lleva al límite tus sentidos y olvídate del clásico y aburrido encuentro sexual de todos los sábados por la noche.
4. Juega a ser otro
No te quedes con las ganas y trata de realizar tus fantasías. Una de las más comunes es tener sexo con un completo extraño al que conocemos en un bar o en la calle, pero esto es poco probable que suceda. ¿Entonces? Trata de recrearlas como si se tratara de una obra de teatro o de una película. Muchos pensarán que no tiene chiste, porque ya sabemos que es “armado”, pero quienes lo han probado afirman que engañar a la mente es fácil, además de que te metes en el papel rapídísimo.
Si cuentas con alguien que esté dispuesto a ayudarte, lo único que hay que hacer es armar tu guión y quedarte de ver con tu cómplice en algún lugar (eso sí, tengan cerca el hotel, por si están dispuestos a llegar a más) y actúa conforme al papel elegido: ejecutivo, turista, sexoservidor (a). Experimenta la sensación de ser otro, sin juzgar ni ser juzgado.
Y tú ¿te animas a probar algo nuevo?