Hoy en día, se supone que las leyes deberían ser justas, sobre todo esas que tienen que ver con el respeto a las mujeres, la igualdad de sexos y la penalización a todos aquellos que gustan de violentar a las féminas del mundo; pero no todo siempre es así.

Y es que, muchos han sido los casos de indignación en cuanto a leyes e indemnizaciones se refiere. Un claro y público ejemplo es el de Paulina Rubio y su ex esposo, Nicolás Vallejo-Nágera, quien tuvo que acordar pagar la módica cantidad de 180 mil euros para que dejaran de lado los procesos judiciales y se pudiera “vivir en paz”, obviamente separados y con la custodia compartida de su pequeño hijo.

Por otro lado, Shakira también estuvo a punto de ser víctima de algo similar; pues en 2013 su ex novio, Antonio De La Rua, la demando porque según él, la fortuna de la cantante fue obra de la ayuda del argentino. Afortunadamente, en este caso, la ley vio por los derechos femeninos y Shakira ganó la indemnización a De La Rua.

Sin embargo, y pese a lo anterior, las leyes no siempre son tan benévolas con las mujeres, y menos si se trata del Medio Oriente. Y es que recientemente salió a la luz la indignante noticia de una mujer que, tras ser golpeada y lastimada por su marido, tendrá que indemnizarlo, ¡Sí, como lo lees!

Según información de , la mujer turca ha sido condenada a indemnizarlo porque él se lastimó la mano cuando la golpeó.

Todo comenzó cuando elementos de la policía de aquel país tuvieron que intervenir para evitar que un hombre sacara a su esposa de la casa de sus vecinos, cuando ella se refugió ahí después de haber sido golpeada con “singular alegría”; sin embargo y según los testimonios que se presentaron durante el juicio, las cosas no terminaron ahí, pues las palizas hacia la mujer seguían dándose cuando el señor aprovechaba las visitas que podía hacerle a ella y su hijo donde se encontraban.

Información de  señala que la Oficina del Fiscal de Ankara, decidió acusar a ambos cónyuges de herirse mutuamente. A él por los golpes que propinó a su esposa, y a ella por un arañazo en el pecho de su esposo y por la mano que se había inflamado tras golpearla. La esposa rechazó presentar cargos contra su esposo, ni por la paliza ni por las amenazas verbales que recibió; y es que según menciona, la mujer tenía miedo de que su padre la obligara a casarse con otro hombre si se separaba y volvía a la casa de sus progenitores.

Finalmente y según información del diario turco Milliyet, el hombre siguió golpeando a la mujer incluso después de la celebración del juicio. Las autoridades han decidido finalmente trasladarla a un albergue en otra ciudad.

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