Lady Diana, de 20 años, llegó a la Catedral de San Pablo en un pomposo vestido de novia para convertirse en la princesa de Gales y casarse con el príncipe Carlos. Todo parecía como una boda de cuento de hadas, más de 600 mil personas se aglomeraron en las calles para ver a la pareja de recién casados, mientras que otros 750 millones los seguían desde sus televisores a nivel mundial. Y así, lo que comenzó ese 29 de julio de 1981, finalizó un 28 de agosto de 1996 con su separación.
Como ya se sabe, su historia no tuvo un final feliz, pues el heredero a la corona siempre tuvo un único gran amor. Tras la muerte de Lady Di, el 31 de agosto de 1997, sus hijos tomaron parte de sus posesiones. En ese entonces, su hijo mayor, el príncipe William, optó por un reloj, y el príncipe Harry por el anillo de compromiso que hoy usa la duquesa de Cambridge.
Conforme pasa el tiempo, poco a poco se les han ido otorgando más pertenencias de su herencia. Hace siete años obtuvieron el vestido de novia de su madre, el cual ahora lo prestarán para ser exhibido en el Palacio de Kensington este verano del 2021.
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El vestido de novia de la princesa Diana será exhibido en 2021
El vestido de novia que la princesa Diana utilizó para casarse con el príncipe Carlos es uno de los más famosos y emblemáticos de la historia. Ahora pertenece a la colección privada de los príncipes William y Harry, y ellos lo prestarán para que sea exhibido al público desde el 3 de junio de 2021 hasta enero del 2022, por primera vez en siete años.
El atuendo será el elemento principal de la exposición Royal Style in the Making, presentada por la Historic Royal Palaces en el Palacio de Kensington y que tiene como objetivo examinar el vínculo entre los diseñadores de moda y la realeza.
El enorme vestido fue diseñado por los británicos Elizabeth y David Emanuel. Está hecho de tafetán marfil, y tiene un ajustado corpiño, grandes mangas abullonadas y más de 10 mil lentejuelas cosidas a mano. La cola mide 7.62 metros, hasta ahora es la más larga en la historia real británica.
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David, tras enterarse de la exhibición mostró su felicidad por ver el vestido de nuevo, pues para él es como un “viejo amigo”. Además se sorprende del trabajo, pues no puede “creer cuántas lentejuelas” cosieron en el vestido.
Hace unos años, el diseñador confesó que estaba muy preocupado por todas las arrugas que se formaron durante el viaje en el carruaje, pero que se tranquilizó cuando Diana le llamó antes de irse a su luna de miel para agradecerle mucho por el vestido, pues a Carlos, a la familia y a ella les había encantado.
En la exposición también se presentarán bocetos originales, muestras de tela y fotografías de la colección Royal Ceremonial Dress. Así como un toile de Jouy, que es un tejido de algodón, del vestido que usó la Reina Madre en la coronación junto a su esposo, el rey Jorge VI, padres de la reina Isabel II.
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