En 2013 se inauguró en Rusia, una escuela muy particular, única en su tipo y hoy, tres años después, esta institución busca expandirse y está haciendo un buen trabajo. Es la escuela del sexo oral.
Dirigida por la rusa Ekaterina Liubimova, la escuela ya tiene sucursales en Moldavia, San Petersburgo, otras cinco localidades rusas y están buscando lugar en España, particularmente en Ibiza y Tenerife; además en Estados Unidos.
¿Qué te enseñan?
Hay 12 asignaturas, en las cuales se enseña a dar sexo oral, pero también algunas materias para saber cómo disfrutar del sexo anal y los movimientos idóneos para satisfacer a al pareja en la cama. Cada una de las clases tiene duración de tres horas y media, y tienen un costo de 100 euros, según afirma Semana.
La institución educativa se llama Seks. R y tiene un equipo de más de seis docentes, está prohibido entrar con celulares, cámaras y claro, hombres. A diferencia de otros recintos, en este los útiles son consoladores, vibradores, condones, lubricantes, maniquís y muñecos inflables, así lo señala Playboy.
La escuela ha tenido gran éxito desde que fue creada por Ekaterina, quien antes de instaurar los cursos, ya era asesora sexual desde hace varios años. La rubia le dijo en una entrevista a El Mundo que la mayoría de las chicas que asisten a sus cursos son mujeres en sus 30 años, casadas y con hijos. Antes las madres no hablaban de sexo con las hijas, ahora sí". Sin embargo, en Rusia todavía es común casarse a una época muy temprana "y muchas chicas se encuentran perdidas a la hora de dar placer a su marido", dice Maksim Demidov, del cuerpo docente.
De acuerdo con el diario español, Luibimova cree que pocas cosas dan éxito a las parejas en el matrimonio como una vida sexual plena y compartida, por eso la apuesta de dar a la mujer un arsenal de técnicas en la cama para que puedan ser “actriz y guionista” de su placer. Una buena relación en la habitación te evitará de la infidelidad, el abandono y el sexo cada más vez más nulo, según señala la profesora.
Aún no hay clases para hombres, pero los maridos de las chicas que asisten parecen estar encantados con las sesiones de sus mujeres.