Desde tiempos remotos, las mujeres han tenido a un aliado a la hora del placer. No estamos hablando, por supuesto, de los hombres, sino de un accesorio que cabe en cualquier cajón y que tiene una larga historia.
De acuerdo con el psiquiatra y antropólogo Philippe Brenot, el vibrador fue creado por Cleopatra. En esta primera versión, consistía en un papiro enrollado con abejas en su interior, las cuales revoloteaban constantemente.
En 1880, este juguete sexual cobró un sentido completamente distinto. En aquella época, se usaban los vibradores como cura para la histeria femenina.
Anuncio de vibrador publicado en una revista de 1910. (Foto: Wikicommons)
Este padecimiento se caracterizaba por síntomas como dolor de cabeza y cuerpo, ataques de llanto y risa, pesadez abdominal, insomnio,desfallecimientos, espasmos musculares, parálisis y hasta ceguera.
Después comenzaron a crearse vibradores con pilas eléctricas, para el alivio de todas las mujeres. Usarlos seguía siendo incómodo, pues tenías que ir a un consultorio médico.
Entre 1890 y 1910 se comenzaron a vender los vibradores para consumo doméstico. En 1928, aún se promocionaba este juguete sexual como un accesorio de belleza. En esa época los anuncios mostraban el vibrador como una herramienta para darse masaje en todo el cuerpo.
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Los vibradores eran comercializados como "inocentes" herramientas de masaje. (Foto: Wikicommons)
A pesar de que miles de mujeres fueron tratadas, en 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría declaró que la histeria no era un padecimiento real. Esto no afectó la popularidad de los vibradores sexuales que ya había comenzado a tener usos más “recreativos”.
Todo esto culminó en los setentas, cuando un hombre llamado G.I Duncan patentó el primer dildo de silicón como regalo para su esposa y para todas las mujeres del mundo.
Actualmente los vibradores vienen con todo tipo de funciones y diseños. Pero sin duda, seguimos en deuda con Cleopatra y su maravilloso invento.
Hoy hay una gran variedad de juguetes sexuales a nuestra disposición. (Foto: Eva K./Wikicommons)
Con información de Huffington Post y Su Médico
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