Todos mentimos, ya sea por razones nobles o por necesidad personal. Pero hay estudios que indican una inclinación natural de las mujeres hacia la honestidad… al menos cuando se trata de defender sus propios intereses.

Eso sí, los mismos estudios demuestran que las mujeres son más propensas a mentir cuando defienden o representan a otros. ¿A qué se deben las diferencias entre ambos sexos a la hora de decir la verdad? La respuesta es una combinación de biología y educación social.

La investigadora Maryam Kouchaki quería descubrir cómo se comportan las mujeres en negociaciones en dónde representan los intereses de otros. Por ejemplo ¿cómo actúa una jefa que está pidiendo a sus superiores mejores condiciones laborales no para ella, sino para sus subordinados?

Kouchaki reclutó a 1,337 participantes para realizar un ejercicio de negociación. El concluyó que los hombres eran más propensos a mentir cuando negociaban a favor de sus intereses personales, mientras que las mujeres dicen más mentiras cuando defienden los intereses de terceros.

Cuando se le preguntó a las mujeres por qué habían mentido, la mayoría dijero que se sentían culpables por decepcionar a las personas que estaban representando.

Para la psicóloga Tamara de la Rosa “mentir constantemente puede ser contraproducente, pero engañar a los demás por no hacer sentir mal a otro o para proyectar una mejor imagen sobre ti mismo, es una parte natural de la vida”.

Aunque es difícil generalizar, la experta cree que la tendencia de las mujeres a mentir por otros “puede deberse a la presión social que siempre ha existido respecto al papel del hombre y la mujer”. Tradicionalmente, se espera que las mujeres vean por los demás.

 

Álvaro Bilbao agrega que “sabemos que las mujeres tienen una mayor interconectividad cerebral lo que les permite ser más empáticas”. El experto también señala que “en general las mujeres están más en contacto con sus emociones y las emociones de los demás y eso hace que tengan más habilidades sociales, por lo que son capaces de resolver muchas situaciones sin utilizar la mentira”.

De acuerdo con la psicóloga Carol Gilligan, los hombres y mujeres tienen orientaciones morales distintas. Mientras que las mujeres conceptualizan los problemas morales como situaciones que involucran empatía y compasión, los hombres lo ven como una cuestión de derechos.

Según los defensores de este enfoque, en el ambiente laboral los hombres buscar signos de éxito competitivo, como el dinero, mientras descuidan la satisfacción de las relaciones y el trabajo mismo.

Por el contrario, se piensa que las mujeres ponen menos énfasis en el éxito competitivo y más en hacer las tareas bien y fomentando relaciones armoniosas.

Por ello, muchos suponen que la inclinación de los hombres a preocuparse más por el dinero y los ascensos, estimula la voluntad a ser menos éticos. Al contrario, la inclinación de las mujeres por proteger a las otras personas y las relaciones, promueve el comportamiento ético.

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