El año pasado, una noticia impactó a los medios internacionales y grupos de defensa de los derechos humanos. En la región de Chechenia, controlada por Rusia, comenzaron a surgir reportes sobre “campos de concentración” en donde se torturaban a cientos de homosexuales. La información sobre estos lugares, relatada por los afortunados sobrevivientes que lograban escapar, es horripilante.
Todo comenzó cuando el diario de oposición Novaya Gazeta reportó que más de un centenar de hombres homosexuales habían sido secuestrados como parte de una campaña coordinada por el gobierno. Las víctimas fueron trasladadas a centros de tortura donde los obligaron a participar en una “cacería de brujas” y denunciar a otros miembros de la comunidad LGBTQ.
Un grupo de reporteros consiguió infiltrarse en las salas abandonadas donde se llevaba a cabo la tortura
En cualquier otro país, este asunto llevaría a la indignación popular, pero en la zona de Chechenia la homofobia es la ley. Aunque anteriormente los miembros de la comunidad homosexual podían vivir en paz, siempre y cuando no demostraran afecto en público, se reunieran en secreto y no dieran a conocer su orientación sexual, bajo el régimen del presidente Ramzan A. Kadyrov, muy cercano a Vladimir Putin, la persecución ha ido en aumento.
Los homosexuales ni siquiera están a salvo en sus propios hogares, ya que en esta región son comunes los asesinatos por honor, en los que los propios familiares de las personas gays los matan por haber “manchado” la reputación de sus seres queridos. En al menos dos casos, los sobrevivientes de estos centros de tortura fueron asesinados por su propia familia luego de ser liberados por las autoridades.
El líder checheno es conocido por sus polémicas opiniones homofóbicas. (Foto: AP)
La tensión aumentó cuando el grupo de derechos humanos Gay Russia ingresó una solicitud de permiso para llevar a cabo un desfile del orgullo gay, lo que desató una campaña de protestas por parte de grupos religiosos y las redadas masivas de arrestos. En ocasiones los homosexuales fueron detenidos varias semanas y escaparon o fueron liberados luego de severas golpizas.
¿Y las mujeres? Como hasta ahora todo lo que se sabe de estos centros ha sido revelado por sobrevivientes se cree que las lesbianas y otras mujeres LGBTQ enfrentan un destino aún peor a sus equivalentes masculinos. Al menos los hombres pueden moverse con libertad por las fronteras y escapar del país, pero las mujeres están sometidas a las órdenes de sus padres y esposos, por lo que sus oportunidades de fuga son mínimas.
Las protestas de los grupos LGBTQ son constantemente reprimidas en Rusia. (Foto: AP)
Grupos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han corroborado los reportes de Novaya Gazeta y piden que se detenga esta locura. La respuesta de las autoridades chechenas ha sido extremadamente cínica. Ramzan A. Kadyrov incluso dijo que los campos de concentración no existían porque en su país no existen los homosexuales.
Chechenia no es el único país que aún condena la homofobia. Aunque en Rusia no está técnicamente prohibida si se sanciona la “propaganda homosexual”. En otros 71 países las parejas del mismo sexo pueden acabar en la cárcel. La pena contra esta orientación sexual es la muerte en Irán, Sudán, Arabia Saudita y Yemen, así como en partes de Nigeria y Somalia.
En Siria e Irak la persecución contra la comunidad LGBTQ es llevada a cabo por grupos no gubernamentales como el Estado Islámico. En Pakistán, Afganistán, Emiratos Árabes, Qatar y Mauritania también existe la pena de muerte por prácticas homosexuales, aunque no se ha comprobado que se lleve a cabo.
Aunque el 17 de mayo se conmemora el Día Internacional Contra la Homofobia, en honor a la fecha en la que se eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, aún falta mucho camino para llegar a la aceptación de la comunidad LGBTQ.
Con información The New Yorker, The Guardian y The New York Times