Los juguetes sexuales significan una revolución femenina, es decir, aceptémoslo, una tarde de Netflix, mucha pizza, un helado de chocolate y tu dildo hacen la combinación perfecta, pero si eres de las que aún tiene que esconder ese colorido culposo placer, te decimos que no eres la única.

La sexualidad aún es un tabú, no estamos acostumbrados a hablar de que nuestra mejor amiga se masturba, o de que nos pida acompañarla por un juguete y es que ¿por qué no? Si hemos hablado del tamaño del pene de su ex ¿qué tiene de malo?

Sin embargo, la sexualidad guarda muchos secretos, y por ello es importante conocer la evolución de algunos de nuestros mejores amigos, por ejemplo los juguetes sexuales.

De acuerdo con información de , en 2005 se encontró en las cuevas de Hohle Fels, Alemania una serie de piedras alargadas con textura suave. Tras varias investigaciones se pudo llegar a la conclusión de que estas eran los primeros dildos, cuya fecha data de hace 2 mil 300 años.

Así sabemos que los primeros consoladores estaban hechos de piedra, de brea o de madera; de hecho su nombre como dildos surgió a finales del siglo XVI, aunque se usaban en la cultura egipcia, bueno, hasta Cleopatra usaba un forro de cuero fino lleno de abejas, que el revolotear hacían vibrar el aparato. Otro rumor señala que Julio César le regaló un consolador de oro macizo.

¿Lubricantes?

Hoy sabes que el aceite de oliva es buenísimo para cocinar, hasta para humectar el cuerpo o las pestañas, pero lo que no conocías es que fue usado como el primer lubricante. ¡Wow!

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Las primeras sex shops

Fue durante la época del Renacimiento cuando comenzaron a abrir las primeras tiendas sexuales en Italia, donde era muy común ver a las mujeres comprando dildos, los cuales estaban hechos de madera y tenían mucho aceite para facilitar la penetración.

Hay una leyenda en la que se señala que en 1890 se desató en el mundo occidental una histeria colectiva en las mujeres. Algunos de los síntomas de dicha alteración fueron ansiedad, irritabilidad, fantasías sexuales al por mayor y lubricación vaginal en exceso, producto, quizás, de una frustración sexual. Los doctores de la época, para remediar el malestar, aplicaban un masaje al clítoris, que pocos años después se perfeccionó gracias al invento de Joseph Mortimer Granville, el vibrador electromecánico, por cierto esta historia es motivo de una película.

Hoy, los juguetes sexuales son muy diferentes o mejor dicho hay muchas variedades porque la forma es básicamente la misma, pero hay anillos, bolas chinas, y cada vez son más refinados, costosos, pero muy satisfactorios.

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