Es la moda, decirle al mundo cuánto quieres a tu pareja y lo cerca que están. Subir tus fotos a las redes sociales con tu “peoresnada” está en boga, pues se cree que es la muestra más sincera de amor, el verdadero significado de compromiso, la pasión a rienda suelta en combinación con las demostraciones físicas se han vuelto una tendencia compulsiva y la verdad, bastante absurda.
¿En verdad tienes la relación que presumes? ¿En verdad se la pasan tan bien? ¿Por qué no cargas fotos de cuándo pelean? o ¿no pelean? El amor al igual que la forma en que se comporta el ser humano ha cambiado con las redes sociales, la tecnología nos muestras los sentimientos con una óptica diferente, una que a veces agranda y otra que las hace menores.
“Nuestra vida cotidiana se ha convertido en un inmenso plató de expresiones emocionales fáciles y de escasa contención”, dice Josep Maria Farré, psiquiatra del Hospital Universitario Quirón Dexeus, tal como lo recopila el sitio quo.es
“Es un actitud que refleja la desconsideración y el histrionismo exhibicionista, cada vez más arraigado y premiado.” Y es que es común que el contenido que posteamos está sacado de contexto, cada imagen es reforzada por una comunidad a quién la verdad no le importa tanto como dicen cuando le dan “like” o favorito.
Sin embargo, hay una contraparte, quien piensa que las muestras de cariño que se hacen en público son un componente positivo de la relación, pues hacen que el mensaje sea creíble. Opiniones profesionales señalan que los sentimientos e impresiones que tienen no sólo uno del otro, sino el que la gente tiene de la pareja, son importantes al interior de una pareja, pues dan solidez a la misma.
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Incluso hay una investigación del Albright College que determina que las parejas que comparten su amor en Facebook y postean a cada momento sus fotos en las que dan cuenta de su vida son más felices. ¿Será? Los investigadores encuestaron y vieron que las parejas de larga duración con más demostraciones de amor en público se sentían más satisfechas con su relación, pero no te sientas tan seguro, también hay una contraparte, la privacidad y la intimidad se hacen nulas, lo que deriva en los comentarios que surgen de la comunidad, una que otra excusa y un contenido borrado. ¿Te suena?
¿Cuándo hay peligro?
“Cuando estamos más pendientes de las redes sociales que de nuestra vida personal. Cuando tenemos que forzar conductas o situaciones para las fotografías. Por desgracia, es más habitual de lo que pensamos. La línea es muy fina, pero todos, quien más quien menos, sabemos reconocerla”, dice en entrevista para dicho sitio la psicóloga Nayara Malnero.
Para la psicóloga británica Jessamy Hibberd, estas exhibiciones realmente retratan inseguridad y una búsqueda desesperada de aprobación por parte de los amigos, esta mujer es autora de un estudio que constata la frustración de la gente más joven cuando ve que sus fotos pasan desapercibidas o no obtiene los “likes” deseados.
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Pero en las redes también existen razas entre parejas y los hay de todos tipos, por ejemplo:
- Los gemelitos. Visten de tonos a juego siempre. Más que un vestidor, parece que compartieran una paleta cromática.
- Hablan con diminutivos. Recuperan su etapa de bebés hablando del otr@ con apodos así como tipo mi “churrumais lindo”. ¡Ja!
- Comparten todo. Hasta los momentos más íntimos del baño. Sí, todos los tenemos que ver, siempre.
- Se hacen ‘selfies’, lo cual no es llamativo, sino que lo hacen en la cama y al instante van a las redes. Sí, parece un problema.
- Pero las selfies en el amor no significan lo mismo para ellos que para ellas, no señor.
Para ellas
- La mujer agradece más la demostración en público de emociones y afectos de su pareja.
- Generalmente rompen más la privacidad de la pareja.
- Publican en sus redes sociales abundantes detalles de su vida familiar.
- Las madres son las reinas.
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Ellos
- No comparten su vida, pero fisgan las ajenas y rastrean perfiles.
- Alardean más de sus hazañas sexuales.
- Para sus contenidos en las redes escogen momentos espontáneos y divertidos de la pareja.
- Les gusta invitar a su pareja a un sitio de moda con el único fin de exponer su foto en Instagram o Facebook.
¿Qué tal?
Tú, ¿qué opinas?
