Parejas

10 valores que hay que enseñarles a nuestros hijos

Extractos del libro ´Qué hay que enseñar a los hijos´ de la filósofa española, ganadora del Premio Nacional de Ensayo 2012, Victoria Camps

04/12/2014 |12:36

"Nadie te enseña a ser papá", es una de las frases más comunes y más ciertas sobre la paternidad, por eso existen cientos de manuales tratando de enseñar cómo es la mejor manera de hacerlo; y ha salido uno más. Pero esta vez se trata de un libro que parte de la felicidad para enseñar valores a nuestros hijos.

Escrito por Victoria Camps, filósofa y catedrática ganadora del Premio Nacional de Ensayo 2012 de España, quien también es madre, propone la reflexión y autocrítica como la fórmula mágica para obtener la felicidad de los hijos, según el diario español ABC.

"Lo único que quiero es que mi hijo sea feliz": fue esa la premisa desde la que partió la filósofa para escribir el libro titulado Qué hay que enseñar a los hijos; que no es un manual para resolver problemas, sino un ensayo sobre la enseñanza de la ética, donde se necesita de toda la sociedad para no caer en la incoherencia de valores, señaló la autora.

Desde ahí, el diario mencionado extrae algunos puntos importantes del libro que De10.mx comparte.

1. Felicidad.

Sobre ella destaca que:

  1. No se obtiene al conseguir todo lo que queremos, porque eso no siempre es posible, así que hay que estar preparados para superar y enfrentar situaciones que tal vez veamos negativas.
  2. Se consigue con ayuda de los otros.
  3. Cuidado en convertir los medios en el fin (que sería la búsqueda de la felicidad), porque hay placeres momentáneos que cuando se salen de control resultan contraproducentes.
  4. La felicidad no debe ser confundida con la satisfacción inmediata, porque el consumo sin límites contribuye a confundirla; así que no "solucionemos un capricho con un regalo".

2. Buen Humor.

No es lo mismo que la felicidad, es sólo una manifestación de ella que ayuda a adaptarnos de manera más eficiente a los cambios, pues es un signo de inteligencia que se aprende.

3. Carácter.

Se forma inculcando hábitos a base de la repetición y la rutina, aun cuando el infante no esté de acuerdo, pues la idea es que le guste lo que le deba gustar; es una forma de adaptarlo a las costumbres bajo las que nos regimos.

4. Responsabilidad.

"La moral no es una cuestión de razón, sino de sentimientos. El niño no aprenderá a comportarse correctamente si no siente, al mismo tiempo que sabe, que ciertas cosas son mejores que otras".

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5. Dolor.

Hay que enseñar a enfrentarlo, aceptarlo cuando es inevitable y a rechazarlo cuando es superfluo e inútil.

6. Autoestima.

Tarea de los padres: aceptar a sus hijos, no idealizarlos ni proyectarse en ellos. La idea y sacar lo mejor del niño, pero siendo él quien se reconozca a sí mismo. Esto será más fácil si los padres no construyen una imagen falsa de él, y sí una favorable que se basa en alentarlo a tener confianza.

7. Buenos sentimientos.

Estos también se educan y se gobiernan; así que practica porque no aparecen solos y recuerda "no hagas lo que no quieres que te hagan", como dijo Confucio.

8. Buen gusto.

Al igual que los sentimientos, el gusto se educa y se aprende. Más allá del gusto por la cultura es a las tareas cotidianas y al "saber estar", que enseñar a los niños a comportarse de acuerdo al lugar donde se encuentren, desde la base que no todo vale en cualquier sitio ni para cualquier situación. Esto se enseña con el ejemplo.

9. Generosidad.

Enseñar a un hijo a ser generoso es "enseñarle a no vivir tan apegado a lo suyo, enseñarle a dar, y no solo a recibir. La generosidad es también el antídoto del egoísmo entendiendo por tal la adherencia exagerada al yo y a todas sus pertenencias o intereses. Significa poner lo que uno tiene al mismo tiempo al servicio de aquel que tiene menos o al que le faltan muchas cosas".

10. Amabilidad.

La mejor forma de explicar por qué debemos ser amables aunque esto no signifique ser auténticos es: "La obsesión por lo auténtico es tan absurda como la obsesión por lo natural. La amabilidad no es, pues, una merma de autenticidad, sino una exigencia social. ¡No nos rasguemos las vestiduras!".

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¿Cuáles son los principales valores que les has enseñado a tus hijos?