La lluvia de semillas y de emociones no paró en el Dodger Stadium y Los Ángeles han dado un paso importante en la Serie Mundial. La novena californiana se quedó también con el segundo juego (2-4) y ya están a dos triunfos del sueño anhelado.
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Con un impecable trabajo de Yoshinobu Yamamoto en la lomita y cuadrangulares de Tommy Edman, Teoscar Hernández y Freddie Freeman, los angelinos sellaron su segunda victoria en el Clásico de Otoño.
El japonés trabajó 6.1 episodios de apenas un hit, una carrera y dos bases por bola; sólo Juan Soto lo dañó con su solitario jonrón. Intratable el lanzador que se fue ante una gran ovación de la fanaticada.
Edman confirmó que quiere ser un héroe inesperado en Postemporada y abrió la pizarra en el segundo episodio; en el tercer inning Teoscar también la voló con Betts abordo y Freddie mantuvo el idilio con la afición.
En el noveno rollo los Yankees agregaron otra rayita y los Dodgers sufrieron todo lo que no habían sufrido en el encuentro; sin embargo, el bullpen volvió a responder.
Los Ángeles abandonan el cerro azul con dos triunfos en las maletas y la ilusión de regresar a casa con el título en sus manos. La historia continuará, pero ha tomado un rumbo distinto.
Los Dodgers, que temen una posible lesión de su superestrella japonesa Shohei Ohtani, visitarán el lunes a los Yankees en el tercer capítulo de la Serie Mundial, primera entre ambos equipos desde 1981.
La dramática victoria obtenida el viernes por los Dodgers de Los Ángeles, 6-3 sobre los Yankees de Nueva York en el primer juego de la Serie Mundial promedió 15.2 millones de espectadores.
Ese nivel de audiencia televisiva, registrado en Fox, Fox Deportes, Univision y plataformas de streaming, convirtió a este encuentro en el juego de la Serie Mundial más visto en cinco años.
El duelo terminó con un grand slam de Freddie Freeman en la décima entrada.
Fue apenas la cuarta vez en 36 juegos de la Serie Mundial desde 2018 que la audiencia superó los 15 millones.
La última vez antes del viernes fue el séptimo y decisivo juego en la serie de 2019, cuando Washington derrotó 6-2 a Houston para lograr su primer campeonato.