Mo Farah, una de las máximas leyendas del atletismo mundial, volvió a demostrar que su velocidad no solo es útil en las pistas. A sus 41 años, el tetracampeón olímpico protagonizó un episodio increíble al perseguir y recuperar sus pertenencias robadas en su barrio privado en Surrey, Inglaterra.
El hecho ocurrió mientras Mo Farah paseaba con su esposa, Tania. Notaron una camioneta blanca que se desplazaba lentamente y que, en un momento, se detuvo para que un individuo descendiera y se llevara algunas pertenencias del corredor, entre ellas su teléfono móvil. Sin dudarlo, el atleta los persiguió a pie, alcanzó el vehículo y logró que los ladrones devolvieran todas sus cosas. Poco después, realizó la denuncia correspondiente.
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La hazaña del exatleta británico es solo un capítulo más en una vida marcada por la superación. Mo Farah, quien se retiró del atletismo profesional en 2023, no solo es conocido por sus logros deportivos, incluyendo las medallas de oro en los 5000 y 10.000 metros en Londres 2012 y Río 2016, sino también por su dura historia personal.
En 2022, un documental reveló su verdadera identidad: nació el 23 de marzo de 1983 en Somalilandia, al norte de Somalia, como Hussein Abdi Kahin. Su padre murió en la guerra civil cuando él tenía 4 años y su familia fue separada. A los 9 años, fue llevado ilegalmente al Reino Unido con el nombre de otro niño, Mohamed Farah.
Una infancia marcada por la esclavitud
Lejos de encontrar un hogar, Mo Farah fue obligado a realizar tareas domésticas y a cuidar de otros niños bajo amenazas. Durante tres años no pudo asistir a la escuela, hasta que a los 12 años, su vida cambió gracias a un profesor de gimnasia, Alan Watkinson. Él no solo lo ayudó a encontrar un nuevo hogar, sino también a obtener la ciudadanía británica.
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La vida de Mo Farah es un testimonio de resiliencia y determinación. Desde una infancia de esclavitud hasta convertirse en uno de los mejores atletas de todos los tiempos, su legado trasciende lo deportivo. Este reciente episodio, en el que demostró que su velocidad sigue intacta, es una muestra más de su espíritu indomable, capaz de superar cualquier obstáculo, dentro o fuera de las pistas.
