La incipiente historia de amor protagonizada por la superestrella de la música Taylor Swift y el tight end de los Chiefs de Kansas City, Travis Kelce, dio un giro inesperado al caer en el mundo de las teorías de la conspiración política esta semana después de que el equipo avanzara al Super Bowl.
Surgieron innumerables rumores infundados en las redes sociales, desde afirmaciones de que Swift ha desempeñado un papel en las operaciones psicológicas del Pentágono hasta la idea de que ella y su novio, dos veces campeón del Super Bowl, son activos clave en un complot secreto para ayudar al presidente Joe Biden a ser reelegido en 2024. Otra variante: que el éxito de los Chiefs fue pactado como parte de un plan para el partido de campeonato del 11 de febrero en Las Vegas.
Figuras políticas y mediáticas de derecha, como el excandidato presidencial republicano Vivek Ramaswamy, la activista política Laura Loomer y la presentadora Alison Steinberg de One America News Network, han amplificado las acusaciones.
Las afirmaciones son ridículas y bien pueden reflejar el temor de la derecha de que alguien tan famoso como Swift, cuya histórica gira Eras es la primera en cruzar la marca de los 1.000 millones de dólares, pueda influir en la carrera presidencial si insta a su legión de fans hacia una dirección.
La cultura pop y la política se han visto entrelazadas por mucho tiempo. La industria del entretenimiento ha sido un pozo profundo de contribuciones políticas. Y los candidatos a menudo tratan de aprovechar la fama de las estrellas para aumentar su propio atractivo.
En este caso el poder del impacto es menos claro. En el caso de Swift, hay algunas pruebas de que, como mínimo, puede generar más registro de votantes.
En septiembre, Swift publicó un breve mensaje en su cuenta de Instagram animando a sus 272 millones de seguidores a registrarse para votar. La publicación generó más de 35.000 registros en la organización apartidista sin fines de lucro Vote.org.
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La enorme base de fans de Swift le da una voz poderosa. Una encuesta de SSRS realizada en octubre de 2023 encontró que cerca de 6 de cada 10 adultos estadounidenses se declararon al menos simpatizantes casuales de la cantante, y el 8% dijo que son grandes fans. La encuesta también encontró que 8 de cada 10 adultos estadounidenses dijeron que habían oído hablar de su relación con Kelce y la mayoría de los que estaban familiarizados con la relación la consideraban real, en vez de un truco publicitario.
“La gente interesada en la cultura pop se identifica con estas cosas, le prestan atención. Y eso es lo que mueve la política ahora. Es atención e identidad”, dijo Joel Penney, profesor asociado de la Universidad Estatal de Montclair, cuya área de investigación incluye la intersección de la política y la cultura pop. De hecho, el inesperado avance de Donald Trump a la presidencia en 2016 fue impulsado en parte por la celebridad que ganó como estrella de realities.
Pero las afirmaciones falsas sobre Swift son de una naturaleza tan extrema que pondrán a prueba los límites de cuán potente puede ser una teoría de la conspiración. Penney ve la reciente avalancha de publicaciones dirigidas a Swift como un intento por mitigar preventivamente su impacto desacreditándola.
Penney dijo que la influencia de Swift podría resultar una fuerza difícil de enfrentar, especialmente si apoya públicamente a Biden, como lo hizo en la contienda de 2020.
Los ataques contra Swift también podrían galvanizar a jóvenes votantes que quieren unirse a ella.
“Los jóvenes libran sus batallas políticas a través de un lenguaje extraído de la cultura pop”, dijo Henry Jenkins, profesor de la Universidad del Sur de California, que también estudia política y cultura pop. “Eso es lo que los conecta. Eso es con lo que están comprometidos”.
Tanto Swift como Kelce han hecho declaraciones públicas sobre política y otros temas que los enfrentan con la extrema derecha.
Swift rompió su negativa de larga data a discutir sus puntos de vista políticos en 2018 cuando anunció en una publicación de Instagram que votaría por el candidato demócrata al Senado de Tennessee, Phil Bredesen, y el representante demócrata Jim Cooper. También criticó duramente a la entonces representante federal Marsha Blackburn, la candidata republicana, al señalar la oposición de Blackburn a ciertos derechos LGBTQ+ y su voto en contra de la reautorización de la Ley de Violencia contra la Mujer en 2013. Blackburn ganó las elecciones al Senado.
En 2020, Swift respaldó a Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris en una entrevista con V Magazine, señalando que “bajo su liderazgo, creo que Estados Unidos tiene la oportunidad de iniciar el proceso de curación que tan desesperadamente necesita”.
Kelce enfrentó críticas en septiembre por aparecer en un anuncio que promovía la dosis doble de vacunas contra la gripe y el COVID-19, según lo recomendado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. El anuncio formaba parte de una asociación con Pfizer, la compañía farmacéutica que desarrolló una vacuna en respuesta a la pandemia y que desde entonces se ha convertido en objeto de ataque de los antivacunas y los teóricos de la conspiración.
Otras figuras de la cultura pop han quedado en medio de campañas políticas mucho antes de la flamante pareja a la que algunos fans se refieren como Swelce. El expresidente Bill Clinton apareció por primera vez en MTV durante su campaña de 1992, cuando aún era gobernador de Arkansas. Grandes estrellas como Johnny Cash, Mary Tyler Moore y Willie Nelson respaldaron al expresidente Jimmy Carter hace más de 40 años, cuando se postuló por segunda vez a la Casa Blanca. Ronald Reagan se inició en la política después de una carrera como actor.
“Esa pregunta de, ¿funciona esto en la cultura pop? Absolutamente, puede que sí”, dijo Penney. “Y lo hace. Y la historia lo ha demostrado”.