La afición de los Raiders de Las Vegas, acérrimo rival de los Chiefs de Kansas City, pudo haber cambiado sus colores al blanco y rojo que portarán hoy los 49ers durante el Super Bowl LVIII. Lo que sea con tal de no ver a Pat Mahomes y compañía coronarse en el estadio de "Los Malosos".
En las afueras del Allegiant Stadium, el rojo perteciente al de los 49ers es superior al de los Chiefs, la hinchada "Niner" grita, pone el ambiente festivo, sonríe, canta e inspira emoción. Son el empuje que necesitará Brock Purdy y compañía para vencer a Kansas City.
La gente se desplaza llena de júbilo listos para ingresar al estadio, otros simplemente consumen bebidas mientras se contagian de la atmósfera festiva, y algunos buscan el milagro de conseguir esa entrada que los meta al estadio, dicha esperanza la depositan en los revendedores con chamarras oscuras, manos en las bolsas y en un tono discreto, ofrecen pases de más de 10 mil dólares para ver en vivo el partido más importante de la temporada de NFL.
El toque mexicano no falta, es el segundo país que compró la mayoría de boletos para el Super Bowl, los demás esperan en las filas de los restaurantes, en los casinos y en las tiendas de los hoteles que están a reventar.
Hoy brilla el sol en Las Vegas, las nubes se fueron y abrieron paso a la primera fiesta del Super Bowl en la "Ciudad que nunca duerme", la "Ciudad del pecado" el lugar que albergará el histórico triunfo de los Chiefs o los 49ers.