¡Hazte a un lado Dumbo! Una seria pero adorable perrita acaba de ganar el Récord Guinness a las orejas más grandes de un perro vivo, por lo que no dudamos que esta pequeña de tres años pueda escuchar a la perfección todo lo que digan a su alrededor.
Lou, de raza coonhound, fue adoptada por la estadounidense Paige Olsen, quien según contó a la organización de récords, siempre supo que sus orejas eran más largas de lo normal, pero nunca las midió hasta la pandemia.
Así como millones de personas en el mundo, al estar encerrada con su mascota sin tener nada más que hacer, agarró la cinta métrica y descubrió la longitud de las orejas de su perrita.
Para su sorpresa medían 34 cm, pero nunca se imaginó que eso le bastaría para entrar al libro de los Récords Guinness. Ser parte de esto no es el único logro de Lou, pues también ha obtenido los títulos del American Kennel Club y Rally Obedience. En su tiempo libre incluso es una catadora de vinos.
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Además, a donde quiera que va es una celebridad. Extraños le preguntan a la dueña sobre su raza, se le quedan mirando con curiosidad, le sacan fotos y uno que otro atrevido quiere tocar sus orejas.
“Por supuesto que todo el mundo quiere tocar sus orejas, es muy fácil enamorarse con solo mirarla. La gente siempre tiene preguntas sobre la raza. Los Coonhounds no son muy comunes en esta región (Oregón, EU), así que tengo la oportunidad de educar a mucha gente sobre la raza”, señaló Olsen.
Cuando Lou era una cachorra, ella se pisaba sus orejas seguido, tropezaba y se deslizaba por el suelo. Ahora aprendió a vivir con ellas y no requieren mucho mantenimiento. Paige la lleva al veterinario una vez al mes para mantenerlas limpias, pero no por infección.
En temporada invernal, le coloca un calentador de orejas para evitar que toquen la nieve, y no es que el frío le afecta a la perrita, sino que su dueña se siente más segura si cubre a Lou de las bajas temperaturas.
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