¿Cuidas los utensilios de comida de tu mascota del mismo modo que limpias los tuyos? Si pensaste la respuesta, te contamos que la forma en que alimentas a tus animales, almacenas su comida y lavas sus trastes de alimento puede tener consecuencias negativas para su salud, la tuya y la de toda tu familia.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, evaluó el impacto de no mantener una higiene correcta en los hábitos de alimentación de los perros, según los protocolos de sanidad que marca la Asociación de Alimentos y Medicamentos (FDA), de Estados Unidos.
La investigación entrevistó a 417 propietarios de caninos y tomó muestras de 68 platos de comida. De los encuestados el 4.7% aceptó conocer las “pautas de manipulación de alimentos para mascotas y de higiene de los platos de la FDA”; el 36% tiene miembros de su familia menores de 13 años o con sistema inmunitario debilitado (inmunocomprometido); el 43% almacenó comida para perros a menos de 1.5 metros de distancia de la comida para humanos; el 34% se lavó las manos tras darle de comer; y el 33% preparó la comida para su mascota en la misma superficie en la que consume/prepara sus propios alimentos.
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El estudio dividió a los dueños de las mascotas en tres grupos. Al equipo A se les ordenó seguir los consejos de la FDA, como lavarse las manos antes y después de tomar los alimentos de los perros, usar un tazón solo del animal para servir la comida, lavar los utensilios con jabón y agua caliente tras cada uso, tirar los alimentos no consumidos, y guardar el alimento en la bolsa original.
El grupo B siguió un mix de instrucciones tanto para mascotas como para humanos, que incluyeron lavarse las manos por al menos 20 segundos con agua tibia y jabón antes y después de manipular los alimentos, desprender la comida restante de los platos antes de lavarlos; y lavar los utensilios de la mascota a 71 grados centígrados por mínimo 30 segundos.
Al grupo C se le pidió seguir con normalidad sus hábitos y sin ninguna especificación, solo se les dijo cuándo volverían a tomar una segunda muestra.
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Los resultados arrojaron que los grupos A y B presentaron disminuciones significativas de contaminación microbiana, especialmente cuando se realizaba un lavado con agua caliente, sobre agua fría o tibia. Las bacterias en los platos del grupo C aumentaron en la segunda muestra, puesto que ninguno de los dueños lavó el tazón de su perro en 8 días.
A pesar de eso, solo el 8% de los encuestados en los dos primeros equipos mencionaron que era probable que comenzaran a seguir los protocolos de higiene a largo plazo. Los autores del estudio dicen que tener una educación sobre la alimentación de mascotas es muy importante especialmente para aquellas poblaciones vulnerables. Los platos de comida de perros están entre los objetos domésticos más contaminados, incluso por encima de los inodoros.
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