Los perros de raza pugs están entre los canes favoritos de las personas por su apariencia exótica. Esos ojitos tristes y saltones, esa nariz chata y ese cuerpo abrazable es la razón por la que los humanos se derriten frente a ellos, pero esas características adorables, son un sufrimiento para las mascotas.
Un estudio realizado por el Real Colegio Veterinario de Reino Unido reveló que la salud de esta raza de perros braquicefálicos es de preocupación por ser mucho peor que la de otros canes.
La investigación comparó las probabilidades de trastornos comunes, como infección de pliegues cutáneos, síndrome de obstrucción de las vías respiratorias braquicefálicas, ulceración ocular y soplo cardíaco, de 4 mil 308 pugs y 21 mil 835 de otras razas perros.
Los expertos concluyeron que los pugs tienen casi el doble de probabilidades de padecer uno o más trastornos al año en comparación de los otros perros.
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“Las predisposiciones a enfermedades fueron más comunes que las protecciones contra enfermedades, lo que confirma la hipótesis de que existen muchos desafíos críticos de bienestar relacionados con la salud a superar para los pugs. Los perfiles de salud muy diferentes entre pugs y otros perros en Reino Unido sugieren que el pug ahora se ha alejado tanto de las razas de perros convencionales que ya no puede considerarse como un perro típico desde una perspectiva de salud”, escribieron los investigadores en su estudio.
A pesar de que los pugs son una de las razas más antiguas del mundo, pues se cree que se originaron hace 2 mil años, los 13 a 15 años que viven en promedio sufren de distintos problemas de salud por su anatomía que a los dueños les parece única.
Aún así, son criaturas juguetonas, amorosas y traviesas, que se adaptan bien a casi cualquier familia. Sin embargo, aunque podrían ser la “mascota perfecta” es momento de comenzar a preguntarnos si por su bienestar los pugs deberían dejar de existir…
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