Ningún deporte está exento de los espontáneos, para muestra la pasada Final de la Champions League entre Real Madrid y Borussia Dortmund, que se tuvo que pausar unos minutos debido a la invasión de la cancha de Wembley de dos personas.
Y usualmente ese tipo de situaciones ocurre en el futbol, aunque otros eventos también han sido testigos de cómo pseudoaficionados deciden invadir el campo, por lo que usualmente acaban en la cárcel.
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Durante un partido de Cincinnati Reds y Cleveland Guardians, un aficionado del primer equipo tuvo ocurrencia de invadir el campo, por lo que de inmediato fue hacia uno de los jugadores, quien lo ignoró por completo.
Después de eso, creyó que era buena idea realizar una pirueta en el aire que casi fue interrumpida por un policía que ya lo perseguía, pero tras levantarse de nuevo comenzó a correr rumbo al diamante.
El espontáneo jamás se esperó que además de la evidente detención de la seguridad del Great American Ball Park iba a tener un doloroso encuentro con la autoridad, ya que un elemento decidió que era hora de que dejara de escaparse.
El policía sacó su pistola Taser, le apuntó y disparó, por lo que tras recibir una descarga eléctrica, el invasor de inmediato cayó al césped, para que le colocaran las esposas y lo sacaran del campo.