Este sábado 3 de agosto el mexicano Marco Verde derrotó por decisión dividida al indio Nishant Dev y aseguró una medalla de bronce para México en el peso Mediano del boxeo en los Juegos Olímpicos de París 2024.
En medio de la emoción por el triunfo del púgil tricolor es inevitable recordar el episodio que se vivió hace 20 años en la justa veraniega de Atenas 2004, pero con el expeleador Julio César Chávez, quien durante una de sus narraciones lanzó algunas 'mentadas' en aparente estado de ebriedad.
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Marco Verde salió decidido en ir al frente frente a Nishant Dev, y la estrategia fue la correcta ya que logró derrotar al originario de la India y se instaló en las Semifinales de el actual certamen olímpico. En dicha fase, Marco Verde ya asegura medalla en la categoría de los -71 kg y su próximo rival será el británico Lewis Richardson el próximo martes 6 de agosto.
Durante los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Julio César Chávez protagonizó un momento inolvidable como comentarista en la transmisión de TV Azteca.
En ese evento, Abner Mares fue eliminado de la competencia en la primera ronda por el húngaro Zsolt Vedak tras decisión de los jueces que no fue bien recibida por la Leyenda del Boxeo Mexicano.
El 17 de agosto de ese año, Mares y Vedak se enfrentaron en un combate de cuatro rounds que terminó con la victoria del asiático. A lo largo del combate, Chávez, quien estaba en la mesa de comentaristas, se mostró claramente frustrado por la forma en que los jueces estaban evaluando la pelea.
Desde el cuarto round, el legendario boxeador mexicano comenzó a expresar su descontento con la decisión de los jueces, argumentando que los golpes de Mares no estaban siendo correctamente contados.
El ímpetu de Chávez alcanzó su punto máximo cuando, al finalizar el combate, Chávez lanzó un grito de indignación que resonó en todo el país tricolor que seguía la transmisión: “¡A ching... a su madre, cab...!”.
Esta acción fue captada en vivo y se convirtió en uno de los momentos más recordados de su carrera como comentarista. Cabe señalar que la voz de Chávez durante la narración parecía arrastrada y poco entendible, lo que llevó a especulaciones sobre si podría haber estado en estado de ebriedad.