La portería de la está en crisis. Guillermo Ochoa, con 38 años de edad da indicios de ser el único guardameta de calidad que puede representar a México en un Mundial, pese al momento difícil que vive en Italia con la Salernitana y a los momentos difíciles que ha vivido con México, como el 7-0 ante Chile o los últimos partidos con Estados Unidos.

Una posición que hace años no sufría una falta de calidad tan clara, luego de que desde 1994, México ha contado con talento basto en su portería.

Campos, que ha sido el único, junto con Ochoa, que ha repetido titularidad en Mundiales consecutivos, es uno de los porteros históricos de la meta mexicana, para muchos el mejor guardameta mexicano de la historia, dado su agilidad, versatilidad, juego de pies e inteligencia. El de Acapulco, hoy comentarista de televisión, jugó en los Mundiales de 1994 y 1998.

Para 2002 la portería cambió de mando, con un Óscar Pérez sobresaliente que demostraba una capacidad física indiscutible, pese a su estatura. Pérez iba respaldado por Oswaldo Sánchez (ambos fueron suplentes en Francia 98') y por Jorge Campos, titular en los dos Mundiales anteriores y que aportó experiencia y sabiduría al 'Conejo'.

En Alemania 2006, cuando México ha estado más cerca de Cuartos de Final en estas tres décadas, el portero de Ricardo La Volpe fue Oswaldo Sánchez, que llegaba con dos suplencias consecutivas en justas mundialistas y que demostró solidez a la hora de defender la meta nacional, pese a que muchos aficionados le achacan el gol con el que el Tri fue eliminado ante Argentina. Detrás de él iban Jesús Corona y Guillermo Ochoa.

Cuatro años después, en Sudáfrica, bajo el mando de Javier Aguirre, la portería volvió a ser ocupada por Óscar Pérez, quien repunto su carrera para volver a vivir un Mundial y dejar a 'Memo' Ochoa y a Luis Michel en el banquillo, con el lujo de dejar fuera de la convocatoria a Oswaldo Sánchez, que vivía un gran momento con Santos Laguna.

Para 2014, hasta la fecha, y pese a que ha habido competencia interna exigente con nombres como Jesús Corona, Alfredo Talavera o Rodolfo Cota, Guillermo Ochoa se ha adueñado de una posición en la que los que le competían antes se han ido añejando y las nuevas generaciones no han puesto presión seria para desmonopolizar la meta mexicana.

Con una generación perdida en nombres como Hugo González, Sebastián Jurado, Antonio Rodríguez, que prometían competencia interna en el Tri al nivel de las anteriores mencionadas, ninguno de ellos pudo consolidarse en sus equipos, siendo rebasados por porteros extranjeros como Nahuel Guzmán, Agustín Marchesín, Tiago Volpi, Camilo Vargas, entre otros.

La actual generación liderada por Carlos Acevedo y Luis Ángel Malagón, respaldada por nombres como Julio González, Andrés Sánchez (San Luis) o Miguel Fraga (Puebla), no han significado una verdadera presión para Ochoa y los técnicos nacionales que han estado a cargo, con el temor de que sea otra generación perdida en el tiempo y que ponga en riesgo la solidez en la meta mexicana.


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