El Toluca se impuso con autoridad al Juárez en un partido que terminó con un contundente 4-0 a favor de los Diablos Rojos en el Estadio Olímpico Benito Juárez.
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El encuentro, marcado por el dominio visitante, dejó claro que los locales no encontraron respuesta ante la ofensiva liderada por Paulinho, quien se convirtió en la figura del partido al anotar un triplete, mientras que Jesús Angulo completó la goleada con un tanto más.
Con este resultado, Toluca sumó tres puntos valiosos en su visita a la frontera.
¿Cómo fue el desarrollo del partido en el Estadio Olímpico Benito Juárez?
Desde el arranque, Toluca mostró su superioridad. Apenas al minuto 12, Paulinho abrió el marcador con un remate certero tras una asistencia de Alexis Vega, poniendo el 1-0.
Cinco minutos después, al 17’, Jesús Angulo amplió la ventaja con un disparo colocado, asistido por Robert Morales.
El tercer golpe Llegó al 26’, cuando Paulinho volvió a hacerse presente en el área chica, consolidando un 3-0 que ya parecía definitivo al cierre del primer tiempo.
Juárez, por su parte, intentó reaccionar con remates de Dieter Villalpando y Jairo Torres, pero la falta de precisión y la sólida defensa toluqueña frustraron sus esfuerzos.
En la segunda mitad, el ritmo del partido no cambió
Aunque Juárez buscó descontar con corners y disparos lejanos, como el de Eder López al 68’ que pasó cerca, Toluca mantuvo el control.
Al 75’, Paulinho selló su hat-trick con un remate a pase de Jesús Angulo, decretando el 4-0 final.
Los locales, visiblemente superados, acumularon faltas y tarjetas amarillas, mientras que los Diablos manejaron el juego con sustituciones estratégicas, como las entradas de Diego Barbosa, Isaías Violante y Juan Domínguez.
El partido reflejó las carencias de Juárez, que no logró capitalizar sus oportunidades y sufrió en defensa, y la efectividad de un Toluca que aprovechó cada error rival.
Con este triunfo, los Diablos Rojos reafirman su buen momento, mientras que los Bravos deberán replantear su estrategia para evitar nuevas derrotas tan abultadas. El Olímpico Benito Juárez fue testigo de una noche para el olvido de los locales y de una exhibición del poderío toluqueño.
