y Tijuana entregaron en La Corregidora un duelo para el olvido, con pocas emociones y que tras noventa minutos terminó siendo favorable para los locales (1-0).

Y es que parece que ambos equipos llegaron a la cancha con la intención de salir sin daño, olvidando ir en búsqueda del arco rival.

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Una sensación que rápidamente fue captada por los fanáticos, que tras los primeros cuarenta y cinco minutos no dudó en abuchear los planteamientos de Miguel Herrera y Mauro Gerk.

Entrenadores que intentaron cambiar las cosas para la segunda parte, pero jamás encontraron una ocasión clara frente a la meta rival.

La desesperación entre ambos equipos llegó incluso al grado de tener un partido detenido en múltiples ocasiones por faltas.

Fue en los últimos segundo del partido, que este tuvo su máxima emoción con la anotación solitaria de Pablo Barrera, estandarte de los locales que mandó el balón al fondo con un disparo potente al 82'.

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